El ardid de la crianza: cómo las asesinas seriales atraen a sus víctimas.

Por Joni E. Johnston

Ted Bundy fingía que tenía una fractura en el brazo para atraer a las mujeres jóvenes ingenuas. John Wayne Gacy les prometía empleo en su constructora. Charles Howard Schmid se paseaba alrededor de escuelas de bachillerato e impresionaba a las estudiantes con las cosas caras que les compraría, una vez que se convencían de ir con él, algunas de ellas nunca regresaban.
Sin duda, estas son algunas de las formas inteligentemente diabólicas en que han operado algunos de nuestros más infames asesinos en serie. Sin embargo, le llegan a los talones a la capacidad de enmascaramiento de algunas de sus compañeras asesinas en serie. Estas mujeres pretenden durante años, con éxito, ser caseras generosas, enfermeras afectuosas, esposas enamoradas o madres cariñosas, todo el tiempo con la visión en sus futuras víctimas, como peones para ser utilizados por dinero, atención, o por venganza. No sólo sus víctimas nos sospechaban nada, la gente a su alrededor –amigos, parientes, vecinos– eran, a menudo, sus partidarios más fuertes hasta que la evidencia era demasiado clara como para ignorarla.
Tome Helen Golay y Olga Rutterschmidt, dos ancianas de Los Ángeles que hacían amistad con hombres sin hogar, cuidaban de ellos, (mientras tanto compraban varias pólizas de seguro en su nombre) y luego, tan pronto como los dos años de pagos de seguros se cumplían, los llevaban al campo y los atropellaban hasta que morían. Es incomprensible para mí cómo es que alguien puede mantener una mascarada maternal durante dos años, sin encariñarse en lo más mínimo, con alguien que ha llegado a confiar y depender de uno.
O piense en Jane Toppan. Esta enfermera utilizó su disposición alegre y carácter  fuerte para ganarse la confianza del personal médico, pacientes y miembros de la familia mientras que llevaba a cabo letales experimentos médicos a una adorada hermana adoptiva, unos ancianos vulnerables, y varios niños dulces.
Asesinos en serie de ambos sexos presentan mascaradas para obtener acceso a sus presas. Lo que es diferente, sin embargo, es la capacidad de las asesinas en serie de mantener esta fachada con el tiempo, a la vez mantienen una expresión dulce, planean un asesinato, o cuidan con amor y sin descanso a su esposo al que poco a poco van envenenamiento, con fines de lucro.

Traducción: Las Disidentes

Fuente: http://female-serial-killers.com/