Lo publicamos de nuevo. Por alguna extraña razón desapareció la publicación anterior de nuestro blog.
El Síndrome de Alienación Parental, fue definido por el Dr. Gardner, como una respuesta de contexto familiar típica al divorcio o separación de sus padres, en la cual el niño resulta alienado respecto de uno de sus progenitores y acosado con la denigración exagerada y/o injustificada del otro progenitor, hecho que produce una perturbación en el niño y que en definitiva, obstruye la relación con el progenitor no custodio, y resulta destruida en los casos más severos. Es la manipulación del padre que tiene la custodia de los hijos en desventaja del otro.
¿Cómo reconocer a un hijo alienado?
El Dr. Gardner, describe algunas pautas de comportamiento que pueden llevarnos a identificar cuando un niño está siendo alienado:
El niño está alineado con el progenitor alienador en una campaña de denigración contra el progenitor objeto, en la que el niño contribuye activamente.
Las razones alegadas para justificar el descrédito y denigración del padre objeto, son a menudo débiles, frívolas, absurdas o falsas.
La animadversión hacia el padre rechazado carece de la ambivalencia normal en las relaciones humanas.
El niño afirma que la decisión de rechazar al padre o madre objeto es exclusivamente propia, lo que Gardner, R. llama el fenómeno del ‘pensador independiente’.
El niño apoya reflexivamente al progenitor con cuya causa está alineado.
El niño expresa desprecio sin culpa por el odio o rechazo hacia el padre o madre objeto.
Se evidencian escenarios prestados, las acciones y sentimientos del niño reflejan temas y terminologías propias del progenitor alienador.
La animosidad se extiende a la familia de origen y a quienes se asocian con el padre odiado
¿Cuál es el comportamiento y estrategias obstaculizadoras del progenitor alienante?
Es conveniente citar a Segura y Sepúlveda quienes en su artículo titulado El Síndrome de Alienación Parental: Una forma de Maltrato Infantil, enumeran lo siguiente:- Rehusar pasar las llamadas telefónicas a los hijos.
– Organizar varias actividades con los hijos durante el periodo que el otro progenitor debe normalmente ejercer derecho a visita.
– Presentar al nuevo cónyuge a los hijos como su nueva madre o su nuevo padre.
– Interceptar el correo y los paquetes mandados a los hijos.
– Denigrar e insultar al otro progenitor delante de los hijos.
– Rehusar informar al otro progenitor a propósito de las actividades en las cuales están implicados los hijos (partidos deportivos, actividades escolares…).
– Hablar de manera descortés del nuevo cónyuge del otro progenitor.
– Impedir al otro progenitor el ejercer su derecho de visita.
– Olvidarse de avisar al otro progenitor de citas importantes (dentista, médico, psicólogo).
– Implicar a su entorno (su madre, su nuevo cónyuge…) en el lavado de cerebro de los hijos.
– Tomar decisiones importantes a propósito de los hijos sin consultar al otro progenitor (elección de la escuela por ejemplo).
– Cambiar o intentar cambiar sus apellidos o sus nombres.
– Impedir al otro progenitor el acceso a los expedientes escolares y médicos de los hijos.
– Irse de vacaciones sin los hijos y dejarlos con otra persona, aunque el otro progenitor esté disponible y voluntario para ocuparse de ellos.
– Contar a los hijos que la ropa, que el otro progenitor les ha comprado, es fea, y prohibirles ponérsela.
– Amenazar con castigo a los hijos si se atreven a llamar, a escribir o a contactar con el otro progenitor de la manera que sea.
– Reprochar al otro progenitor el mal comportamiento de los hijos.
porfabor