¿Qué razones habría para que los varones no participaran de las políticas de igualdad? ¿Es que acaso son culpables de algo por el hecho de ser hombres? ¿O es que todavía hay personas que creen que la discriminación y la violencia de género afectan solo a las mujeres?
Òscar Guasch, sociológo e historiador. Escribe e investiga sobre sexualidad y sobre género. Trabaja en la Universidad de Barcelona como profesor.
Autor, entre otros, de los libros: La sociedad rosa, Barcelona, Anagrama, 1991; La crisis de la heterosexualidad, Barcelona, Laertes, 2000.; Héroes, científicos, heterosexuales y gays. Los varones en perspectiva de género, Barcelona, Bellaterra, 2006. Editor también del libro colectivo: Vidas de hombre(s), Barcelona, Bellaterra, 2012.
Òscar será el conferenciante que abra el próximo Encuentro del movimiento de Hombres del Estado espanyol, que tendrá lugar en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) los días 8, 9 y 10 de novembre de 2013.
1. ¿Qué es para usted la igualdad? ¿Cuál es el mejor camino para llegar a ella?
Mi opinión es que la igualdad tiene que ver con los derechos. Todas las personas tienen derecho a tener las mismas oportunidades. Luego, si cada persona elige aprovecharlas o no, ya es responsabilidad de cada una de ellas.
En el caso concreto de la igualdad entre varones y mujeres puede aplicarse el mismo criterio: todas las personas deberían tener las mismas oportunidades para aportar y recibir de la sociedad aquello en lo que son mejores.
Y es obligación del Estado arbitrar recursos para que las desigualdades presentes en la estructura social (clase, ciudadanía, capital social, edad, orientación y práctica sexual, etc.) no se traduzcan en desigualdad de oportunidades.
También lo que ha venido en llamarse “sociedad civil” tiene responsabilidad en trabajar para garantizar la igualdad de oportunidades para todas las personas y grupos sociales. Es más: a veces corresponde a la sociedad liderar las estrategias para que el Estado asuma aquello que la sociedad reclama.
Y, finalmente está la responsabilidad personal. Vivimos en esta sociedad. No somos marcianos. En consecuencia, todos y todas somos co-responsables de lo que a esta sociedad le suceda. El racismo nos afecta a todos (no solo a los negros). La xenofobia nos afecta a todos (no solo a los extranjeros). Y el sexismo también es algo de lo que debemos ocuparnos todos y todas en tanto que ciudadanos.
2. ¿Es la crisis una amenaza o una oportunidad para la igualdad?
La palabra “crisis” significa cambio o transformación. Es decir, siempre estamos en crisis porque la tanto las sociedades como quienes las pueblan están en perpetuo cambio. El problema es que ahora estamos en un cambio de paradigma social: la sociedad industrial que nació en el siglo XIX ya ha muerto, mientras que la nueva sociedad aún se está gestando. Y, en el tránsito, vamos a vivir una deriva neo-autoritaria en la que se irán eliminando derechos que creímos conquistados: el derecho al trabajo, el derecho a la salud, a la libre expresión, etc. Hemos pasado de la democracia política a la democracia económica. Así que, en realidad, el actual cambio social es tanto una amenaza para la igualdad como para la libertad.
3. ¿Está cambiando el modelo de “hombre tradicional”? ¿Están cambiando los hombres?
El que ha muerto es el hombre que creció durante el industrialismo. El músculo ya no tiene sentido en la sociedad pos-industrial. Ahora es necesaria la intuición y la adaptabilidad propias de las tecnologías de la información. La mina, la fábrica, e incluso el cuartel, ya no tienen sentido en la nueva sociedad. Y por eso los hombres que se educaron en esos ámbitos, son hoy en día hombres fuera de contexto. Los hombres están cambiando porque ha cambiado la sociedad y tienen que adaptarse al nuevo paradigma socio-económico. No es algo bueno ni tampoco es algo malo: simplemente es algo inevitable.
4. ¿Qué podríamos hacer para implicar más a los hombres en la construcción de la igualdad?
Como suele decirse: la educación es la clave. Pero visto como funciona el género en las escuelas y en los institutos, no estoy muy seguro de que eso esté funcionando. Tengo la impresión de que las estrategias educativas han fracasado. Los hombres no queremos renunciar a los privilegios que el género nos otorga. Hasta que no entendamos que la renuncia esconde un premio, no habrá manera. Pero creo que las nuevas generaciones de hombres están más relajadas y cada vez se esfuerzan menos en probar que son hombres de verdad. Amén y aleluya.
5. AHIGE, en su manifiesto “Por una igualdad inclusiva”, propone que las políticas de igualdad sean elaboradas teniendo en cuenta tanto a mujeres como a hombres ¿cuál es su opinión al respecto?
Pues es lógico ¿no? ¿Qué razones habría para que los varones no participaran de las políticas de igualdad? ¿Es que acaso son culpables de algo por el hecho de ser hombres? ¿O es que todavía hay personas que creen que la discriminación y la violencia de género afectan solo a las mujeres?
6. ¿Cuáles son, a su juicio, las causas de la violencia de género? ¿Qué pueden hacer los hombres ante esto?
La violencia de género es un concepto muy amplio que incluye la tanto la violencia contra las mujeres como la violencia contra los hombres que no damos la talla. También incluye la violencia contra las personas transgeneristas. Pero, en definitiva, la violencia de género tiene que ver con el miedo y con la inseguridad que tienen algunos varones ante la posibilidad de perder sus privilegios.
Las mujeres independientes y libres, los afeminados, y también los calzonazos, cuestionan la centralidad masculina clásica porque muestran, con su mera existencia, que hay otras clases de humanidad igualmente legítimas. El miedo de los hombres tradicionales tiene que ver con el pánico a dejar de ser el referente que articula lo humano. Esa clase de hombres viven como una amenaza y como una pérdida de poder el que la humanidad deje de definirse a su imagen y semejanza. Más o menos lo mismo les pasa a los blancos racistas y a la gente heterocentrista.
7. Alguna otra cosa que nos quieras contar…
Pues felicitaros por vuestra contínua acción pedagógica. Y también felicitarnos porque, por el momento, vivimos en una de las sociedades más igualitarias del planeta. Deberíamos intentar que este legado no se pierda en medio del cambio de paradigma en el que estamos inmersos.
Fuente: http://www.hombresigualitarios.ahige.org