
En los dos últimos años, el discurso de las autoridades gubernamentales en torno a la violencia en la ciudad fronteriza de Tijuana comenzó a cambiar: ya no se hablaba de tiroteos y enfrentamientos en lugares públicos sino que suavemente comenzó a hablarse de situaciones “de alto impacto” para referirse a los mismos hechos sangrientos.
Principalmente en la zona este de la ciudad bajacaliforniana, las cifras de muertos y desaparecidos, continuaron su línea ascendente. Y, sin embargo, en la ciudad entera y el resto del país cambió la percepción sobre el clima violento que allí se estaba viviendo. “Las autoridades utilizaban el eufemismo de ‘alto impacto’ para referirse a tiroteos en sitios públicos y áreas transitadas; estos casos disminuyeron, eso es verdad, y disminuyó también la exposición que tenían los grupos del crimen organizado, pero también es cierto que se triplicó el número de adictos y en 2013 hubo más homicidios…
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