Imagina que caes. Pero no hay tierra.

Por Adriana Raggi

Ponencia presentada en la mesa redonda «Tradiciones y traiciones en la imagen gráfica y fotográfica» en la Facultad de Artes y Diseño, UNAM el 6 de marzo de 2015.

Imagina que caes. Pero no hay tierra.
Muchos filósofos contemporáneos han señalado que el momento actual tiene como condición dominante la falta de fundamentos. No podemos presumir que haya una base estable sobre la que  se sostendrían seguridades metafísicas o mitos políticos fundacionales. En el mejor de los casos, podemos, podemos acometer intentos de fundamentación contingentes y parciales. Si no disponemos de un fundamento estable para nuestras vidas sociales o aspiraciones filosóficas, la consecuencia deber ser un estado permanente o cuando menos intermitente de caída libre de los sujetos y los objetos por igual. Pero si esto es así ¿por qué no nos damos cuenta? (1)
Hito Steyerl

Vivimos en un mundo contemporáneo en donde las bases sólidas y estables de lo moderno ya no existen, estamos cayendo en caída libre y no nos damos cuenta, no tenemos una referencia. El arte nos puede orientar en cuanto a ciertos elementos que nuestra sociedad se niega a ver. Por ejemplo, como dice el Raqs Media Collective (2), el arte es política porque es una forma de reclamar lo extraordinario que sucede fuera del trabajo, de lo cotidiano y ahí es en donde reside la condición humana. Es decir el arte es política porque nos hace ver que estamos cayendo, que la sociedad se cae, que las estabilidades se han perdido.

Raqs Media Collective, Escapement

En lugares como México, o La India de donde es el Raqs Media Collective, países occidentalizados y no occidentales, producir arte, o eventos artísticos, es de gran importancia, ya que ahí la sociedad se está cayendo, vamos en picada y no queremos darnos cuenta. Necesitamos más que orientarnos, empezar a pensar que va a pasar después. Es por esto que la idea del original y el múltiple o la persecución de la cola del perro por parte del perro, entre lo analógico y lo digital no nos llevan a nada, tenemos que empezar a pensar el arte como ese dispositivo que nos dará pie o nos ayudará a poner el pie en un lugar que no conocemos, que no vemos y que no sabemos qué es. El tiempo es para el arte un elemento fundamental, el cual tenemos que empezar a cuestionar. Precisamente Raqs Media Collective habla de la condición humana a través del cuestionamiento del tiempo, ¿por qué creemos en él como esta convención que nos consume y nos obliga a permanecer atrapados en el capitalismo salvaje? Lo que pasa a fuera de él es nuestra condición humana.
Y la fotografía es un lugar de cuestionamiento de la condición del arte, de las ideas de la huella como algo permanente, del giro de 180 grados que ha dado el arte actual. Fotografía no puede ser sinónimo de técnica fotográfica, fotografía es para mí sinónimo de contemporaneidad, de disolución, de pérdida del horizonte. ¿Por qué cuesta tanto trabajo entender qué pasó con la fotografía? Porque no nos queremos dar cuenta. Joan Fontcuberta habla de «la fotografía como constatación de la experiencia, la fotografía como evidencia.» (3) Esa son las mismas experiencia y evidencia que el Raqs Media Collective nos pone sobre la mesa al hablar de la condición humana fuera del tiempo.
Es ahí, en el tiempo, en donde caen muchos otros conceptos que el arte contemporáneo pone en cuestión. La fotografía como tal ha dejado de ser huella, pero sigue siendo lugar. No ha dejado ser serialidad y repetición, pero nos pone enfrente el hecho de que ya lo es al infinito. Es imagen que se repite sin cesar, pero que se diluye ante nuestra mirada. Es imagen que nos invade y es también evidencia de qué somos, o qué queremos ser. Y más allá de cualquiera de estas cuestiones, es parte del proceso artístico, ya no es La fotografía, ya no importa si lo es, podemos ponerle otro nombre, ¿post-fotografía? Dice Fontcuberta. Yo le pondría arte contemporáneo. Ese espacio en el que se diluyen las fronteras y se acaban los límites. Ese espacio en donde lo importante son los dispositivos y no los medios.
En el año 2000 la artista Natacha Merritt publicó sus Diarios digitales. Un proyecto importantísimo para la fotografía. Natacha dice en el libro “Mi vida se ha vuelto un montón de fotos digitales en oposición a un montón de pensamientos escritos” (4). Lo que hay en el diario son esos momentos fuera del tiempo. Son sus experiencias sexuales, crudamente puestas ante nosotros, para que pensemos más allá de ese horizonte de lo “normal” en la sexualidad. Sus diarios no son un experimento de fotografía digital, como son presentados muchas veces, son un experimento de la inmediatez en la sexualidad como proceso de investigación de los espacios privados ante lo público. Ese es el mérito de su obra, esa es la marca de este proyecto.

Natacha Merritt, Digital Diaries

Es así como diez años después Fontcuberta editará un libro que se llama A través del espejo, con un formato parecido a los diarios de Merritt, este libro nos pone ante la mirada, que si Merritt rompió con los tiempos corporales de la sexualidad, hoy en día, todos nosotros, y a través de la fotografía, queremos dejar una huella en el paisaje visual y para hacerlo estamos dispuestos a romper con los límites de lo privado, a dejarnos ver y ser vigilados sin ningún cuestionamiento de esa vigilancia, de ese control ejercido sobre nuestro cuerpo.

Joan Fontcuberta, A través del espejo

Este proyecto –dice Fontcuberta– aspira a ir más allá de la descontextualización y de la apropiación, como estrategias radicales anti-productivas. Establece un diagnóstico de la conciencia contemporánea en la era de los espejos (internet es el gran espejo del mundo), y constata que el gesto de la creación más genuino, más coherente, no consiste en fabricar imágenes, sino es saber asignar su sentido a las existentes. Con lo cual la autoría –la artisticidad– ya no subyace en el acto físico de la producción –de imágenes, productos o  lo que sea–, sino en la prescripción de los valores que puedan contener o que puedan acoger: valores que subyazcan o que les sean proyectados.(5)

El acto de producción de imágenes o productos artísticos ha perdido en cierta forma su coherencia, hoy en día es más importante para el arte contemporáneo pensar desde dispositivos y procesos. Tenemos que darle un sentido a la caída, no podemos cerrar los ojos y esperar a estrellarnos o nunca llegar a ningún lugar.


1) Hito Steyerl, «En caída libre. Un experimento mental sobre la perspectiva vertical» en Los condenados de la pantalla, trad. Marcelo Expósito, Buenos Aires: Caja Negra Editora, 2014, p. 15.

2) Las anotaciones acerca de Raqs Media Collective fueron tomadas durante la Sesión abierta con el colectivo, en el MUAC el jueves 5 de marzo de 2015.

3) Joan Fontcuberta, El beso de Judas. Fotografía y verdad, Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1997, p.62.

4) Natacha Merritt, Digital Diaries, Colonia: Taschen, 2000, p.21. (La traducción es mía).

5) Joan Fontcuberta (ed.), A través del espejo, Madrid: Oficina de arte y ediciones, 2010, s/p.

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