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LAS DISIDENTES
La imposición del silencio fue una de las herramientas que utilizaron las dictaduras como forma de dominación. El exilio fue una condición de sobrevivencia, su experiencia llevó consigo el miedo empaquetado en el silencio. Cuando huyes del horror aunado al cambio de vida, el dolor de los que dejas atrás y una realidad adversa te llevan al mutismo. Los que huyeron de las dictaduras callaron, los que se quedaron fueron acallados.
A través de Laura Bonaparte, de las Madres de Plaza de Mayo, Alaíde Foppa, desaparecida en Guatemala y Tununa Mercado, poetisa argentina, encontramos un detonador de ideas en torno al exilio, al silencio y a las voces que se callaron lo cual nos lleva a la siguiente asimilación y rescate de las emociones dándole a este proyecto una carga personal.
En una de tantas cartas abiertas de hijas e hijos del exilio se lee:
El exilio político que nos tocó vivir es una violación a los Derechos Humanos. Una situación traumática y conflictiva que nos acompañó durante años y que nos acompañará el resto de nuestras vidas. Sus consecuencias han sido muchas y aún hoy, 30 años después, persisten. Ha habido peores atrocidades que el exilio, como las desapariciones de personas, las torturas, los secuestros clandestinos y las apropiaciones de niños. Esos delitos los sentimos como si nos hubiesen pasado a nosotros, en muchos casos también nos sucedieron. Por respeto, de nuestra parte ha habido silencios.[1]
Estos silencios tienen diferentes significados para cada una de las personas que los ha vivido y como los han interiorizado.
¿Puede alguien que no ha vivido los silencios interpretarlos?
Los exiliados llegaron a un lugar desconocido a vivir una vida incierta, y las personas que entraron en contacto con ellos recibieron una cultura extraña y una vida llena de silencios. Los silencios no decían, siendo para quienes estaban y no los tenían, una barrera al entendimiento, a la comprensión y a la empatía. Los hijos del exilio se encontraron con los residentes y ambos mundos cambiaron, el silencio decía cosas que eran difíciles de entender, la violencia de la dictadura entró a la vida de los niños a través de historias no contadas. A través de un gesto, un ¡shhhhh!, el exilio enfrentó a sus hijos con el horror y el desarraigo, enfrento también a los otros, a los que no los entendían, a las no historias, a la incomprensión del huir, a la ausencia intangible e inentendible.
Estas ausencias están también en los cuerpos, en las identidades creadas por los exiliados, en cada cuerpo desarraigado, en cada experiencia ultrajada. Los cuerpos del otro, del que ya no está aun estando, del que nada había que decir durante eternos silencios, del que se mostraba a través de sus incomodidades. Los cuerpos de unos y otras hablando de lo que no se decían eran el lugar para expresar miedo. La dictadura los torturó, humilló y desapareció, el arte busca reencarnarlos, hacerlos presentes.
Los cuerpos en el exilio y en la dictadura tenían que pasar desapercibidos, así como dicta el manual del clandestino no estés en la foto, no firmes, no aparezcas. El silencio corporal camina con sus incomprensiones, con sus marcas en el género y en su imagen. Los silencios siempre son mencionados en las historias de los que se quedan, mediante sus cuerpos capturados y encerrados en las cárceles de las dictaduras, perdiéndolos, dejando de ser sus dueños. Los relatos de los que se van, son borrados, tal como lo hicieron con los cuerpos no mencionados, los que huyen desaparecen, tal como desaparecieron sus palabras.
¡Shhhhhhh!: exilio y silencio nos habla de las palabras desaparecidas, recurriendo a la reflexión visual y sonora, apelando a los afectos y las empatías, ya que si los cuerpos torturados o exiliados sufrieron las dictaduras, los cuerpos que los recibieron vivieron la agonía de conocer los silencios y no comprenderlos.

LAS DISIDENTES, ¡Shhhhhhh!: exilio y silencio
Autor: LAS DISIDENTES
Titulo: ¡Shhhhhhh!: exilio y silencio
Año: 2011
Técnica: Video monocanal
Duración: 2 minutos 18 segundos
Pertenece: LAS DISIDENTES
Las disidentes (Bruno Bresani y Adriana Raggi)
[1] Hijos e hijas del exilio, Carta abierta, http://sil-comopensandoenvozalta.blogspot.com/2010/03/hijos-del-exilio.html, consultado el 28 de agosto de 2011.
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