Camille Paglia entrevistada por Playboy

El feminismo ha traicionado a las mujeres, alienado a los hombres y a las mujeres, ha sustituido el diálogo con la corrección política.

Es un lío. Los hombres están desconsertados ante las actitudes de las mujeres. El feminismo los ha paralizado. No saben cuándo echar los perros. Si le echan los perros a una mujer, no saben si van a acabar en los tribunales.

Es imposible la situación estalinista que vivimos ahora mismo en Estados Unidos, donde cualquier mujer neurótica puede hacer cualquier estúpida acusación y destruir la reputación de un hombre.

Toda mujer debe estar totalmente consciente en todo momento de que es responsable de todas las decisiones que tome.

Paglia es rechazada por la mayoría de las feministas porque acusa al movimiento de mujeres de traicionar a las mujeres, de alienar a los hombres, y de haber sustituido el diálogo por la corrección política.

Es más fácil hablar con el presidente que con Camille Paglia. La letanía de instrucciones en su contestador automático es intencionalmente intimidante. Una voz masculina comienza así: «Debido a sus obligaciones apremiantes como  profesora e investigadora, la profesora Paglia,  no puede devolver personalmente las llamadas.» Las instrucciones continúan: «los medios de comunicación estadounidenses y canadienses con solicitudes oficiales deben comunicarse con su editor. Los medios de comunicación internacionales deben contactar a su agente, las invitaciones para hablar y cualquier otro asunto debe ser puesto por escrito y enviado a la profesora Paglia No envíe faxes. La profesora Paglia no los acepta. Todos los paquetes son abiertos e inspeccionados por el personal. Los materiales no solicitados, sin gastos de devolución serán automáticamente descartados. Mensajes urgentes pueden ser dejados en esta cinta que será revisada por el personal. Si usted no recibe una respuesta, la profesora Paglia no está interesada en su propuesta.

Unos años, atrás, nadie se hubiera preocupado lo suficiente como para llamar. Ahora, sin embargo, la contestadora responde sólo una de las ocho líneas en el imperio de Paglia. Y los teléfonos suenan sin parar. Puede ser que sea la filósofa social más famosa del país.

Aunque la imagen de Paglia de feminista antifeminista, lesbiana anti-gay y liberal antiliberal parece cuidadosamente cultivada, no es menos que notable. Llamada alternativamente «la crítica más valiente y más original de nuestro tiempo» y una «rottweiler académica», Paglia articula una filosofía que abarca el paganismo, Madonna, la pornografía, Jean-Jacques Rousseau y Freud.

Profesora de humanidades en la Universidad de Artes de Filadelfia, Paglia ha sido la más notoria enfant terrible de la academia estadounidense desde la publicación de su trabajo seminal, Sexual Personae: Arte y decadencia desde Nefertiti a Emily Dickinson. The Washington Post llamó a este libro «a la vez indignante y convincente, fanático y brillante». Publicado en 1990, fue nominado al Premio del National Book Critics Circle por sus teorías incendiarias sobre la cultura occidental desde el antiguo Egipto hasta Elvis Presley. En el libro que le siguió, Sexo, Arte y Cultura de América, y su éxito de ventas actual, Vamps & Tramps, Paglia ataca todo lo políticamente correcto y más. Aunque sus puntos de vista sobre temas tan diversos como los orígenes de la homosexualidad, el peligro de la fraternidad, los partidos políticos y las implicaciones de tener un pene, son siempre discutibles, están bien argumentados y son provocativos.

Ahora que es famosa, Paglia disfruta mostrar su poder. Las instrucciones que preceden a una reunión con ella, a cargo de su editor, son exactas: la hora, el lugar (un restaurante de carnes en Filadelfia), una mesa específica (con vista a la calle), la exigencia de que un fotógrafo esté en la escena. Los entrevistadores que han desafiado estas condiciones en el pasado, han publicado advertencias: lleva un montón de cintas y baterías.

El restaurante ofrece un menú de enormes filetes miñón y martinis tamaño de pecera. Paglia entra triunfalmente, vestida de negro, parece más una artista que una profesora, y ofrece un rápido apretón de manos. Las advertencias acerca de la velocidad y el volumen de su voz no son exageradas. Pero ella ordena lo menos macho en el menú: una ensalada César.

El odio que engendra Paglia está normalmente reservado para dictadores y déspotas. Michiko Kakutani, en la crítica del «New York Times» de Vamps & Tramps, destrozó a Paglia como «belicosa, arrogante y vanidosa.» Un crítico de Los Angeles Times escribió: «Ella personifica el nivel de éxito que nuestra cultura concede a las mujeres que se venden.» Jim Multen de Entertainment Weekly, bromeó: «Con feministas como esta, ¿quién necesita hombres?»

Una muestra de lo que Paglia dice para ofender a todo el mundo:

«Anita Hill no fue acosada.»

«La pornografía es realidad sexual.»

«Ciertas formas de violación son lo que antes se llamaba amor desenfrenado.»

«El lesbianismo es cada vez mayor, desde que hombres ansiosos y poco masculinos tienen poco que ofrecer.»

«A las prostitutas les gusta su trabajo.»

«La bisexualidad, debería ser la norma universal.»

«Legalicen todas las drogas.»

El stripping es «una danza sagrada de orígenes paganos» y el dinero que los hombres colocan en las tangas es una «ofrenda ritual.» «Cuanto más una mujer se quita la ropa, más poder tiene» y las feministas odian a las strippers porque «las mujeres modernas profesionales no pueden soportar la idea de que sus logros, ganados con un gran esfuerzo, puedan ser superados en un instante por una desvergonzada joven que muestra un poco de tetas y culo.»

Propone bajar la edad de consentimiento para tener relaciones sexuales a los 14 años, y apoya a la North American Man/Boy Love Association, una organización que aboga por el sexo gay con chicos jóvenes. Dice que el SIDA es una venganza de la naturaleza por la promiscuidad.

Paglia nació en 1947 en Endicott, Nueva York. Ha comparado su educación suburbana a la de otras dos mujeres controvertidas, Madonna y Sandra Bernhard. «La mitad de nosotras es una chica suburbana agradable», dice. «La otra mitad es un maniática delirante de la pornografía».

Su padre era profesor de lenguas romances en Le Moyne College, y su madre trabajaba en un banco. Teniendo en cuenta sus raíces italianas conservadoras, eran extraordinariamente tolerantes con las excentricidades iniciales de su primera hija. Un Halloween se vistió como Alicia en el País de las Maravillas, pero cada dos años, salía vestida de drag – a las ocho, fue Napoleón, una elección típica y apropiada.

Paglia estaba en el último año de la escuela preparatoria cuando Kennedy fue asesinado y los Beatles llegaron a los EE.UU., y fue influenciada enormemente por la agitación política y social de los años sesenta y setenta. Asistió a Yale, obteniendo un doctorado en Inglés en 1974, luego fue profesora en el Bennington College de Vermont.

Se le pidió renunciar a Bennington después de que pateó a un estudiante y se metió en una pelea a puñetazos con otro. Un abogado le ayudó a permanecer durante dos años más. Se fue para comenzar una carrera docente exitosa en el Philadelphia College of Performing Arts, que ahora es la Universidad de las Artes, donde permanece.

A pesar de que experimentó relaciones con ambos sexos, dice que siempre se ha llevado mejor con las mujeres y pasó años buscando una amante –incluso respondiendo anuncios personales. Conoció a Alison Maddex, artista y profesora, en 1993. Viven juntas en un suburbio de Filadelfia.

El manuscrito de «Sexual Personae» fue terminado en 1981 y fue rechazado por siete editoriales antes de ser aceptado, nueve años más tarde. Provocó una tormenta mediática que continúa sin cesar, incluyendo la cobertura de la mayor revista gay de la nación, The Advocate (la historia principal que era sobre ella, se titulaba ATAQUE DE LA LESBIANA 50 PIES), y en Playboy, donde soltó un feroz ataque contra las activistas feministas anti-porno Andrea Dworkin y Catharine MacKinnon.

Cuando Playboy decidió acercarse a ella para la «Entrevista», le pedimos al editor colaborador David Sheff que hiciera frente a la tarea. Sheff no es ajeno a las cuestiones de género ­–sus temas han incluido Betty Friedan, fundadora del feminismo moderno, y Robert Wright, el autor que afirma que la lujuria masculina es genética. Aquí está el informe Sheffs:

«Cuando le dije a mis amigos que me dirigía a Filadelfia para conocer a Camille Paglia, me di cuenta del grado de animadversión que provoca. Era profundamente descalificada, a menudo por personas que nunca habían leído su obra. Otros parecían alterados por ella. Algunos la elogiaron como fresca y profunda, pero aún más la descalificaban por escandalosa y repugnante».

«Difícilmente puede sorprenderme que ella defienda opiniones que incluso su propia madre encuentra reprensibles. Cuando le pregunté acerca de su madre, ella me dijo, en vez de haber nacido de ella, mi madre hubiera preferido que que Katie Couric lo hubiera hecho.»

«Por casualidad, vi a Couric al día siguiente en el set del programa Today en Nueva York Cuando le dije del comentario de Paglia, Couric dijo lo siguiente: «con toda seguridad puedo decir que mi madre no quisiera que Camille Paglia fuera su hija.»

«A pesar de estas opiniones, en persona y en su contexto y no en quejas sonoras, Paglia suele ser razonable, ingeniosa y simpática (incluso entrañable, como cuando insistió en que ordenara vegetales verdes con mi carne). También está en lo correcto al menos en una de sus evaluaciones –que ella, tan habladora como Rush Limbaugh, Howard Stern y Ross Perot, ayuda a estimular el discurso y la libertad de expresión en un país que necesita todo lo que puede conseguir.

PLAYBOY: ¿Eres feminista?

PAGLIA: Soy absolutamente feminista. La razón de que no le simpatizo a otras feministas es porque critico el movimiento, explicando que necesita ser corregido. El feminismo ha traicionado a las mujeres, alienado a los hombres y a las mujeres, ha sustituido el diálogo con la corrección política. El feminismo de lo políticamente correcto ha encapsulado a las mujeres. La idea del feminismo –de que la liberación de la prisión doméstica­– va a traer la felicidad es simplemente incorrecta. Las mujeres han avanzado mucho, pero no son más felices. Las mujeres más felices que conozco no son las que equilibran su carrera y su familia, como muchas de mis amigas. Las personas más felices que conozco son las mujeres –como mis primas– que tienen una educación preparatoria, se casaron inmediatamente después de graduarse y nunca fueron a la universidad. Son muy religiosas y nunca cuestionan su catolicismo. No consideran la casa una prisión.

PLAYBOY: ¿Pero qué pasa con las mujeres que se quedan en casa y sufren todavía?

PAGLIA: El problema es la alternativa que les da el feminismo. Miro a mis amigas que están en la vía rápida. Están desesperadas, frenéticas y agotadas, las mujeres más infelices que han existido jamás. Trabajan por la noche y fines de semana y no tienen vida. Algunas tienen hijos que son criados por niñeras.

PLAYBOY: ¿Cuál es tu punto? ¿Quieres que la mujer vuelva a la casa?

PAGLIA: Todo la cultura feminista indica que la mujer más importante es la mujer con un caso adjunto. Quiero empoderar a la mujer que quiere decir: «Estoy cansada de esto y quiero ir a casa.» La extrema derecha tiene razón cuando dice que el precio de liberación de la mujer es pagado por los niños.

PLAYBOY: ¿Estás del lado de la extrema derecha?

PAGLIA: No. Lo que estoy haciendo es señalar como el movimiento de mujeres ha creado un problema, no sólo para las mujeres sino para la cultura. Los niños son abandonados. No hay duda de que es mejor que los niños tengan contacto con las madres en sus primeros años de vida. Cuando voy a trabajar por la mañana, veo  mujeres negras e hispanas que empujan cochecitos de bebés llenos de niños ricos y blancos. Estas mujeres ofrecen el mejor contacto humano que esos niños tienen. Así que hemos vuelto a la mamá. La ha traído el viento de regreso.

PLAYBOY: ¿Cuál es la mejor solución?

PAGLIA: Las mujeres deben ser libres para elegir. Para las que deciden trabajar, el cuidado de niños debe ser proporcionado. El problema es que sólo las grandes empresas pueden permitirse el lujo de tener en el lugar de trabajo una guardería. Las madres pueden visitar a sus hijos durante las pausas café y almuerzo, que es maravilloso. Otras mujeres están en una posición difícil, y el movimiento feminista no ofrece nada excepto desprecio si optan por el bienestar de sus hijos. Por supuesto, la otra cosa que el movimiento de mujeres ha hecho es causar una división destructiva entre los sexos. Los hombres están en una posición terrible.

PLAYBOY: ¿Apoyas el movimiento de hombres?

PAGLIA: Creo que es absolutamente necesario. No es casualidad que el libro de Tim Allen esté compitiendo con el del Papa por el número uno de las listas de best-sellers. Es una de las voces de los hombres que están buscando definir la masculinidad en esta era. Robert Bly lo hace también. Hemos permitido que el debate sexual sea definido por las mujeres, y eso no es correcto. Los hombres tienen que hablar, y hablar con sus propia voz, no voces coaccionados por las feministas moralistas. Warren Farrell, en El mito del poder masculino, destaca la gran cantidad de propaganda que se ha infiltrado en la cultura. Por ejemplo, dice que la afirmación de que las mujeres ganan mucho menos que los hombres es una estupidez. La razón por la que las mujeres ganan menos que los hombres es porque no quieren hacer que los trabajos sucios. No están recogiendo la basura, tomando los trabajos de consejería y así sucesivamente. No toman los trabajos de comisiones de ventas que las obliguen a trabajar toda la noche y los fines de semana. A la mayoría de las mujeres les gustan oficinas limpias y seguras, por lo que todavía son secretarias. No quieren ensuciarse demasiado. Además, quieren que las oficinas sean lugares agradables y felices. ¡Qué mierda! El movimiento de mujeres tiene sus raíces en la creencia de que ni siquiera necesitamos a los hombres. Todo lo que se necesita es un desastre natural para demostrar lo equivocada que es esta creencia. Entonces, lo único que sostendrá a esta cultura serán los hombres masculinos de la clase obrera. La élite cultural –mujeres y hombres– rogará por fontaneros y trabajadores de la construcción. Somos una clase parasitaria.

Me di cuenta de esto en los años setenta cuando pensaba que las mujeres podían hacerlo por sí solas. Pero algo salía mal con mi coche y tenía que recurrir a los hombres. Los hombres se detenían, los hombres levantaban el capó, más hombres venían con un camión y se llevaban el coche a un lugar donde había otros hombres que llamaban a otros hombres que llegarían con las refacciones. Vi cómo el feminismo era eliminado por completo de esta realidad. 

También aprendí algo de los hombres en el taller. En Bennington, iba a las reuniones de la facultad y estaba consciente de que todo el mundo me odiaba. Los hombres estaban horrorizados por una mujer fuerte, que hablaba fuerte. Pero cuando iba al taller mecánico los hombres allí pensaban que era linda. «Oh, es esa profesora de la universidad, Paglia». Los hombres de verdad, los hombres que trabajan en autos, me encuentran bonita. No me tienen miedo, no importa lo fuerte que sea. Pero los hombres de la universidad estaban aterrorizados porque son eunucos, y era una maldita amenaza para cada uno de ellos.

PLAYBOY: ¿Crees que el feminismo es antisexual?

PAGLIA: El problema de Estados Unidos es que hay muy poco sexo, casi nada. Cuanto más se reprimen nuestros instintos, más necesitamos el sexo, la pornografía y todo eso. El problema es que las feministas han tomado el poder con sus intentos por inhibir el sexo. Tenemos un problema serio de testosterona en este país.

PLAYBOY: ¿Causado por qué?

PAGLIA: Es un lío. Los hombres están desconsertados ante las actitudes de las mujeres.. El feminismo los ha paralizado. No saben cuándo echar los perros. Si le echan los perros a una mujer, no saben si van a acabar en los tribunales.

PLAYBOY: ¿Por eso has sido tan crítica acerca del creciente número de casos de acoso sexual?

PAGLIA: Sí, aunque creo que en moderadas directrices de acoso sexual. Pero es imposible la situación estalinista que vivimos ahora mismo en Estados Unidos, donde cualquier mujer neurótica puede hacer cualquier estúpida acusación y destruir la reputación de un hombre. Si hay evidencia de una falsa acusación, la acusadora debe ser rechazada. Del mismo modo, una mujer que acusa falsamente a un hombre de violación debe ser enviada a la cárcel. Mi definición de acoso sexual es específica. Es sólo el acoso sexual –por un hombre o una mujer– si es quid pro quo. Es decir, si alguien dice: «tienes que hacer esto o voy a hacer eso» –por ejemplo, despedirte. Y mientras que tocar es acoso sexual, las palabras no lo son. Yo soy creyente de esto. Las palabras deben permanecer libres. La solución al discurso es que las mujeres indiquen su nivel de tolerancia –las mujeres son todas diferentes. Algunas son muy obscenas.

PLAYBOY: ¿Qué, sobre las mujeres que se ofenden fácilmente y se asustan demasiado o están demasiado intimidadas para hablar?

PAGLIA: Muy mal. Uno debe desarrollar las herramientas verbales para contrarrestar el lenguaje ofensivo. Así es la vida. El feminismo ha creado una clase media blanca privilegiada de  chicas que dicen que son víctimas, porque quieren preservar el decoro burgués y la pasividad.

PLAYBOY: ¿Estás esperando chicas que se pongan de pie por sí mismas en una cultura que les disuade de hacer precisamente eso?

PAGLIA: Eso es correcto. Debemos examinar el grado en que mimamos a las chicas de clase media. Hay algo enfermo en ello. Las chicas que veo en los campus universitarios a menudo son inocuas, con personalidades completamente homogeneizadas, miserables, anoréxicas y bulímicas. El movimiento feminista les enseña que es culpa de los hombres, pero no lo es. Estas chicas van por el mundo como herederas de toda la riqueza del universo. Son las chicas más mimadas y más excesivas del planeta. Así que dejen de quejarse de los hombres. Están recibiendo todos los beneficios que vienen con el personaje de buena-chica que han elegido. Cuando te metes en problemas y reaccionas de que alguien te ofenda como si fueras demasiado buena como para tratar con él, estás haciendo una elección. Evalúa tu persona. Date cuenta de hasta qué punto tu delicadeza puede invocar a la gente a decirte cosas obscenas y pornográficas –a veces a violar tu delicadeza. Cuánto más te sonrojas, más gente quiere hacerlo. Acepta tu colaboración en ello y aprender a defenderte. Hablar sobre sexo es un juego. A las chicas de los sesenta, les encantaba. Si no deseas que un profesor te diga cariño, díselo.

PLAYBOY: Consideremos a Anita Hill. ¿las revelaciones de Jane Mayer y Jill Abramson, sobre las audiencias de confirmación de Clarence Thomas, en su libro Strange justice influyeron en tus sentimientos acerca del caso?

PAGLIA: ¿Ese libro patético? La idea de que encontraron nueva evidencia de la culpabilidad de Thomas es una tontería. Aquí está la gran revelación: había fotografías de mujeres desnudas en su cocina. ¡Qué crimen contra la humanidad! Me reí a carcajadas. ¡Tenía cinco años de Playboy! Y aquí viene lo bueno: ¡Estaban ordenadas cronológicamente! ¿Está claro? Mi respuesta es la siguiente: ¡Cualquier hombre con cinco años de Playboy en su cocina debe ser colocado en La suprema corte de justicia de inmediato! El hecho es que Clarence Thomas no tiene la excelencia judicial para ser un juez de La suprema corte de justicia. Pero esa no es la cuestión. Yo sostengo que Thomas coqueteó con Anita Hill, quien aceptó el coqueteo y estaba un poco avergonzada y no sabía qué hacer. ¡Vamos, él estaba buscando una esposa! Pero ¿qué tan incómoda estaba ella? Lo siguió de trabajo en trabajo. Las feministas tratan de evitar hablar de ese hecho diciendo: «Bueno, era ambiciosa». Yo digo: «Al parecer, su ambición era mayor que cualquier acoso sexual que ocurrió.» Ella eligió su ambición. Anita Hill es una yuppie. Soy la única feminista que me puse en su contra, y la historia me dará la razón. 

PLAYBOY: Dijiste una vez que ves a través de los ojos de un violador. ¿Qué quisiste decir?

PAGLIA: Tengo impulsos lésbicos, así que entiendo cómo un hombre mira a una mujer.

PLAYBOY: ¿Por qué dices un violador en lugar de un hombre?

PAGLIA: Los hombres ven a las mujeres como violadores. Cuando yo era pequeña, no era posible para mí detener mi atracción hacia las mujeres. El lesbianismo no existía en ese momento, por lo que yo sabía. Si fuera joven hoy en día, cuando todo el mundo está experimentando –la bisexualidad está de moda para muchas mujeres jóvenes­– habría sido diferente. Pero siempre me sentí frustrada y excluida, viéndolo desde la distancia. Como mujer, no podía violar –no es posible– pero si hubiera sido un hombre con sentimientos similares, ¿quién sabe? Desarrollé una cosa de acecho.

PLAYBOY: ¿Cuándo esa clase de lujuria se convierte en una violación?

PAGLIA: Puede que haya habido casos en que me hubiera pasado de la raya. Yo entiendo que los hombres se quejen de que las mujeres dan mensajes contradictorios, porque las mujeres me han dado un montón de mensajes contradictorios. Entiendo la rabia que esto puede causar.

PLAYBOY: Danos un ejemplo.

PAGLIA: Una mujer con la que he hablando en algún evento dice: «vamos a salir de aquí e ir a este bar», que es un bar de lesbianas. Vamos al bar y estamos hablando y entonces me dice: «vamos a tomar un café», y vamos a una cafetería y terminamos a las tres de la mañana, a media cuadra de su departamento. Por último, dice: «bueno, buenas noches.» Ella está lista para ir a casa sola y yo la miro, como, «¿qué quieres decir? ¿No vamos a ir a tu departamento?» «No, ¿qué?» Y ella dice: «¿crees que te me estaba insinuando?» In-jodidamente-creíble. No puedo decirte la rabia. Yo estoy, en ese momento, mirándola y… todo lo que puedo decir es que si hubiera sido un chica de la calle de 18 años de edad, en lugar de una mujer de 45 años, la habría apuñalado. Yo estaba totalmente humillada y furiosa. Si hubiera sido un hombre con una erección, la habría golpeado.

PLAYBOY: ¿Sería justificado que la golpearas?

PAGLIA: Ese no es el punto. El punto es que lo habría hecho. Las mujeres deben estar conscientes de las señales que envían, conscientes de que, a las tres de la mañana, con ese coqueteo, han creado expectativas. Si no cumplen con esas expectativas, pueden estar en problemas. Pueden estar con un Ted Bundy o un Jeffrey Dahmer. Una mujer no puede ir a una cita, tomar un montón de bebidas y volver al dormitorio de algún chico o departamento y luego, cuando él salta sobre ella, llorar violación. La mayoría de la gente no está segura de lo que va a suceder en la primera cita. Teniendo en cuenta esta ambigüedad, toda mujer debe estar totalmente consciente en todo momento de que es responsable de todas las decisiones que tome.

PLAYBOY: También culpas a las mujeres que son maltratadas por su complicidad en las relaciones abusivas. Has dicho que las víctimas son «adictas a la disculpa». ¿Pero muchas mujeres no están simplemente aterradas de dejar a sus novios o maridos violentos?

PAGLIA: En muchos casos sucede una extraña cuestión psicológica. Es casi masoquista. Puedes escuchar en las grabaciones de Nicole Simpson cuando llamó a la policía sobre O.J. No se trata sólo de que ella no presentó cargos, a pesar de que tenía amplia evidencia. Era un juego. Todo el mundo escucha la cinta y dice: «¡Qué horror, esa pobre mujer.» Yo no. Yo digo: «Escucha la voz de Nicole.» No se oye el miedo. Se oye a una mujer que está jugando un juego. Ella se escucha casi entretenida. «Aquí viene de nuevo.»

PLAYBOY: Era un juego peligroso.

PAGLIA: Lo era, pero ella era parte de él. Por supuesto, no merecía morir. Pero ese no es el punto. El punto es, como se relaciona con otras mujeres, protéjanse. Vean los problemas venir.

PLAYBOY: ¿Has estudiado el tipo de obsesión que explicaría el comportamiento de Simpson?

PAGLIA: Los hombres sufren de ansiedad sexual durante toda su vida. La dominación de la mujer es una carga demasiado pesada. Entiendo al acosador. Entiendo como John Hinckley se obsesionó con Jodie Foster. Era similar a la forma en que yo era atraída por mujeres hermosas. Vi a Catherine Deneuve en una tienda departamental, la seguí y la espié.

PLAYBOY: ¿Has acechado a Catherine Deneuve?

PAGLIA: La seguí hasta el departamento de guantes en Saks. Mataría a cualquiera que me persiguiera por un autógrafo mientras estoy de compras en Saks.

PLAYBOY: ¿Hay un cierto tipo de personalidad que se obsesiona?

PAGLIA: He juntado 599 imágenes de Elizabeth Taylor –algunas personas encuentran que eso obsesivo. Junté 599. No 600, pero 599. Creo que el genio y la obsesión son la misma cosa. Es muy raro que una mujer sea impulsada por la obsesión. Del mismo modo, es raro que una mujer sea un genio. Por eso dije una de mis frases más célebres, que no hay ninguna mujer Mozart porque no hay ninguna mujer Jack el Destripador. Los hombres son más propensos a la obsesión por estar huyendo de la dominación de las mujeres. Huyen a un juego de ajedrez o a un ordenador o para arreglar un coche, o lo que sea, para tratar de completar su identidad, ya que siempre se sienten incompletos.

PLAYBOY: ¿Por qué los coches u ordenadores completan nuestra identidad?

PAGLIA: Debido a que son independientes de la emoción que está fijada en las mujeres. Los hombres muy masculinos no están cómodos en el mundo de las emociones, que requiere juicios que no son causa y efecto. Los heterosexuales tienen una especie de visión de túnel, que es una virtud, en mi opinión. Esto les permite hacer grandes avances en la música o la ciencia. El discurso feminista es que no hay mujeres Mozart porque hemos sido educadas para creer que no podemos tener éxito en ese campo, o que nunca se les dio la oportunidad de sobresalir porque estaban siendo preparadas para ser esposas. Yo ya no creo eso. Son las hormonas.

PLAYBOY: Has dicho que no estás de acuerdo con la opinión de Germaine Greer de que no hay grandes artistas mujeres porque «no se puede obtener gran arte de egos mutilados». 

PAGLIA: El hecho es, el gran arte se obtiene solamente de egos mutilados. Sólo los egos que son mutilados son lo suficientemente obsesivos. Cuando entré a la escuela de posgrado en 1968, pensaba que las mujeres iban a tener todos estos logros enormes, que iban a rehacer todo. Entonces vi a cada una de mis amigas –estas grandes mentes que iban a transformar el mundo– casarse, mudarse porque sus maridos se mudaban y tener hijos. Yo les grité: ¡¿Qué estás haciendo? Termina tu gran libro! Pero todas me leyeron la cartilla. Dijeron: «Camille, no somos tú». Dijeron: «Queremos que una vida. Queremos amor. Queremos felicidad. No somos felices –como tú– viviendo de las ideas» Yo soy rara. Soy más como era Dahmer o Hinckley. Soy como uno de esos obsesivos. O Dante.

PLAYBOY. Vamos a hablar de otras feministas. ¿Cuál es tu relación con Betty Friedan, fundadora del feminismo moderno norteamericano?

PAGLIA: Siempre la he admirado –Me encanta su estilo. La National Organization for Women la ha desterrado, y tiene problemas con las dirigentes del movimiento, como yo. Es una pena que no me aceptara desde el momento en que entré en escena.

PLAYBOY: En su entrevista con Playboy, le preguntamos acerca de ti y dijo: «¿Cómo puedes tomarla en serio? Es una exhibicionista, toma los elementos más extremistas del movimiento feminista y trata de mostrarlo como antisexual, anti-vida, antigoce. Y ni yo ni la mayoría de las mujeres que conozco son así.»

PAGLIA: La verdad es que tenemos opiniones similares. Si ella se hubiera unido a mí cuando llegué a la escena, podríamos haber destrozado a todo el mundo.

PLAYBOY: ¿Qué tal Naomi Wolf?

PAGLIA: ¿La niña de papá? ¿Su feminismo Rolodex?

PLAYBOY: ¿Feminismo Rolodex?

PAGLIA: Ella siempre dice [hace pantomima] obtén un Rolodex y anota los nombres de todas las mujeres que conocemos, así seremos capaces de llamarlas y conseguir trabajo, y vamos a obtener poder para las mujeres. [se encoge] Ella es tan ingenua. No la soporto. Es un caso perdido.

PLAYBOY: ¿No reconoces la existencia de lo que Wolf describe en su libro El mito de la belleza: una cultura manipulada por Madison Avenue que capacita a las mujeres para asociar su autoestima por su apariencia física?

PAGLIA: Eso es muy gracioso. Wolf dice que no deberíamos sucumbir a esa mierda, pero ella pasa cuatro horas maquillándose antes de sus apariciones en televisión y –he escuchado– no puede pasar por ventana sin mirarse, ¡por favor, mira su cabello! Es lo único que le dio caché cuando llegó a escena. Su libro fue uno de los muchos aburridos libros feministas. Lo que la distinguía era su cabello, ella le debe todo a ese cabello. Pero entonces se lo cortó. Está tratando de parecer más seria. Está buscando un peinado. Es horrible. Es vergonzoso.

PLAYBOY: ¿Qué tal Gloria Steinem?

PAGLIA: Está tan engañada que auténticamente cree que habla en nombre de todas las mujeres. Es una víctima de su propio éxito. Me gustaba la Steinem temprana. Alguna vez contesté en una encuesta realizada por Time sobre quién sería una buena candidata para primera mujer presidente, y escribí Gloria Steinem. ¿Pero ahora? Gloria Steinem está perjudicando a los hombres y a la moda y se pinta el cabello en Kenneth’s. Se convirtió en una mujer de sociedad en un círculo exclusivo. Una gran cantidad de señoras blancas de mediana edad todavía la adoran, pero los medios de comunicación han sido negligentes con respecto a ella.

PLAYBOY: ¿Susan Faludi?

PAGLIA: Al menos Faludi es inteligente y una periodista real. Yo la llamo la Mary Tyler Moore del feminismo –como: «vaya, señor Grant», en algunas fotos, con sus rodillas levantadas, sentada tímidamente, se ve como una niña o una cachorrita. Dice que una solución para las mujeres es que los hombres hagan más cosas en casa y ayuden. Pero ella no tiene ni idea. El gran problema de todas ellas –las feministas Faludi-Wolf-Steinem– es que culpan a los hombres. Tenemos que ir más allá de aporrear a los hombres. Todo el trabajo que haga un hombre en la casa no va a solucionar el problema. La naturaleza, no los hombres, es una razón de peso para que las mujeres tengan bebés.

PLAYBOY: ¿Reconoce la reacción violenta del machismo que Faludi describió en su libro?

PAGLIA: No hubo tal reacción. Es un mito. Por el contrario, el período que Faludi está escribiendo, los años ochenta, fue un gran momento para las mujeres. Hemos tenido enormes ganancias, financieras y de otras. Las mujeres tuvieron acceso a los ámbitos empresarial y político como nunca antes. 

PLAYBOY: Pero a causa de esas ganancias, Faludi postula, hubo un movimiento para poner a las mujeres de vuelta en su lugar.

PAGLIA: Se ha producido una reacción violenta, tal vez, pero era a los años sesenta, no al feminismo. Después de los años sesenta se produjo un colapso de casi todo lo que creíamos. Culminó con el desastre biológico del SIDA –una respuesta a cada uno de nosotros que predicaba el amor libre.

PLAYBOY: Es ridículo. Las personas no son responsables de los actos al azar de la naturaleza –en este caso, la liberación de un virus.

PAGLIA: El SIDA es un precio que se paga por los pecados cometidos en los años sesenta, y por los hombres gay que llevaron el amor libre a los extremos a lo largo de los años setenta y tuvieron sexo desenfrenado, decadente y pagano. Estoy a favor de paganismo en todas sus formas, pero hay un precio que pagar. Yo creía en el amor libre, también, pero estábamos equivocados. No era el Papa, quien era el problema. No era la lucha con antiguos códigos morales lo que era el problema. Era la naturaleza. La naturaleza dijo: «¿Sabes una cosa? Si vas a ser tan promiscuo, te mataré.»

PLAYBOY: Pero estás moralizando acerca de algo que es aleatorio. Nadie podría haber predicho el virus.

PAGLIA: Yo creo que la naturaleza recompensa las cosas que son en su mejor interés y castiga a las cosas que no lo son. Promiscuidad homosexual no es en el mejor interés de la naturaleza. Ciertamente no el sexo anal. La naturaleza quiere que procreemos.

PLAYBOY: Esa es una actitud peligrosa, es el mismo mensaje que oímos de los fundamentalistas que dicen que los homosexuales son responsables del SIDA y que sus prácticas sexuales son inmorales.

PAGLIA: No se trata de moral. Se trata de la naturaleza. De hecho, no son los hombres gay quienes son en última instancia responsables. Somos todos los que establecimos una serie de cosas que permitieron el cambio de comportamiento por el cual los hombres gay han pagado el precio. Los homosexuales pusieron en plena vigencia las ideas creadas por los heterosexuales. Los años sesenta fueron demasiado lejos y todo se desplomó. Todo se deshizo en los años setenta. El SIDA, apareció en los años ochenta, fue el punto al final de la frase. El SIDA forzó a la mayoría de la gente a despertar al hecho de que la revolución sexual había fracasado. Pero yo me di cuenta antes. A mediados de los setenta, algo había salido tremendamente mal. El feminismo y la izquierda radical alienaron a tantas personas como era posible. Todo el mundo se fragmentó. El resultado fue la barrida republicana, la que yo había estado advirtiendo durante años. Este cambio radical a la derecha es el resultado, y fue causado por los progresistas.

PLAYBOY: ¿Cómo?

PAGLIA: Estos grupos alienaron a todos los que pudieron. Los grupos gays radicales, por ejemplo, gritando a la gente, irrumpiendo en la Catedral de San Patricio, provocaron una reacción violenta en algunas comunidades que ha causado aún más homofobia. Se las arreglaron para reunir a personas que nunca antes habían hablado. ¡Qué estúpido! ¿Cuál es el pensamiento detrás de esto?

PLAYBOY: Vamos. La mayoría de la homofobia no tiene nada que ver con grupos radicales.

PAGLIA: Hay ocasiones en que los hombres gay son realmente perseguidos. Hay incidentes aislados de violencia contra los homosexuales en las calles, pero son raros. Mi punto es que no se puede forzar el cambio social a una velocidad que no puede ir. El cambio social es evolutivo, no revolucionario. Un cambio social profundo requiere tiempo. Y poco a poco la cultura está cambiando. La generación MTV es mucho más tolerante, y la tolerancia es cada vez mayor.

PLAYBOY: ¿Los gays deben tener la posibilidad de servir en el ejército?

PAGLIA: Por supuesto. El ejército no tiene derecho a decir lo que uno puede o no puede hacer cuando no portas el uniforme. El hecho es que no debe haber nada sexual cuando estás en uniforme. Pero sin uniforme, puedes hacer lo que quieras –desfile por los derechos gays, cualquier cosa. Debes ser capaz de ir a un bar gay y tener sexo en la calle, por lo que a mí respecta.

PLAYBOY: ¿Te sentiste optimista cuando Clinton fue elegido?

PAGLIA: Por supuesto. Por fin nos daban una gran oportunidad. Fue una oportunidad para repensar todo lo que había fallado como resultado de la mala calidad de pensamiento en los años sesenta y volver a intentarlo con un nuevo enfoque. La administración Clinton debería haber sido un think tank [grupo de especialistas que se reunen para debatir sobre un tema especial] para la nación ­–él mismo debería haber dirigido el debate, reafirmando todos los ideales de los sesenta corrigiéndolos en lo que se había vuelto excesivo. Es una tragedia que no lo hizo. En vez de rodearse de intelectuales progresistas, se rodeó de yuppies ochenteros –como George Stephanopoulos, a quien detesto con pasión. Deseo que Clinton despida a todos a su alrededor. Quiero una masacre de sábado por la noche. Los odio a todos. Sin embargo, Clinton ha perdido totalmente la personalidad de liderazgo. Es patético. Se ve como un vendedor.

PLAYBOY: ¿Cómo te sientes acerca de que el presidente Clinton despidió a Joycelyn Elders?

PAGLIA: Ya era hora.

PLAYBOY: Es sorprendente que no apoyes a Elders por sus ideas progresistas. ¿No es el tipo de persona de libre expresión de los sesenta que echas de menos?

PAGLIA: Clinton está en problemas y ella abre su boca sobre la masturbación. ¿No se puede controlar? Ella estaba en el trabajo equivocado. En cierto modo, es como yo –dice lo que piensa. Pero entonces no debes estar en la política. Me gustaría que Joycelyn Elders estuviera en condiciones de decir lo que piensa y no preocuparse por las consecuencias políticas. No se puede tener una figura poco diplomática en un nombramiento político.

PLAYBOY: ¿Cuál es tu opinión de Newt Gingrich, Phil Gramm y otros líderes republicanos?

PAGLIA: Creo que van a ser mucho más difíciles de combatir. Son hombres de ideas. No los demonizo, pero estoy inquieta por ellos, porque no hay lugar para el arte en el mundo que crearían –no hay lugar para el arte o la libertad de expresión.

PLAYBOY: ¿Entonces cuál es la solución para la izquierda en la política estadounidense?

PAGLIA: El Partido Demócrata tiene que regresar a su base populista, para redescubrir el partido de Roosevelt, el que atrajo a mi abuelo y a los obreros de las fábricas y otros. Para ello, debe haber un período de autocrítica. Debemos enfrentar esto de frente o seguiremos siendo gobernados por los republicanos. Debemos examinar cómo es que configuramos el ascenso de los republicanos en las universidades, de donde la disidencia debería venir. Esto se explica por la falta de energía, e ideas de la otra parte. Como resultado, las universidades son los lugares más deprimentes, carentes de pasión.

PLAYBOY: ¿En qué otra cosa ha fracasado la izquierda?

PAGLIA: El aborto. Las personas que están a favor del aborto ­–odio el eufemismo cobarde de pro-choice [en favor de la libertad de elección]– deben enfrentar a lo que se oponen. La izquierda siempre identifica a los de pro-vida como misóginos y fanáticos, pero eso no representa a la mayoría de esas personas. Son profundamente religiosos y realmente creen que el tomar una vida que está mal. Si la izquierda mostrara respeto para esa posición y reconociera el dilema moral de un embarazo no deseado, la oposición al aborto disminuiría. Tenemos que reconocer que la gente debería estar conflictuada por el aborto. Está mal no reconocer que se trata de una decisión difícil. El procedimiento extingue una personalidad potencial.

PLAYBOY: Pero gran parte del fanatismo de la oposición –el fanatismo que descartas– no deja lugar para que una mujer tome una decisión por sí misma

PAGLIA: Tendrás un caso más fuerte si se le da el debido respeto hacia el otro lado. El aborto debe ser algo con lo que se batalle. Y aquí está el punto. Aunque la mayoría de las personas están de acuerdo con que el aborto debe ser una opción, hay algo atractivo en la posición profundamente moral de las personas en contra del aborto, sobre todo cuando la otra parte se encuentra en un vacío espiritual. No hay nada en la educación de los niños que les de algo para reverenciar. Las religiones tradicionales, con todos sus códigos morales, son cada vez más atractivas a la luz de las opciones: la nación Prozac, o la heroína, que ha vuelto como una venganza.

PLAYBOY. ¿Qué opinas sobre la legalización de las drogas?

PAGLIA: ¿Cómo nos atrevemos a tener una cultura que prohíbe las drogas, que dice que la heroína y la marihuana son ilegales, mientras drogamos a los niños con Ritalin? «¿Los niños no están quietos en un salón de clases? Trastorno de déficit de atención!» Millones de niños están siendo mermados en estos momentos con Ritalin. Me hubieran dado Ritalin. Y no habría habido Sexual Personae, nada de nada. Estamos castrando a toda una generación de niños. El Prozac es legal, ¿por qué no la marihuana? Creo que las drogas deben ser controladas como el alcohol. He demostrado cómo los carteles internacionales de drogas han destruido a nuestra juventud urbana, blancos y negros. ¿Por qué deberían trabajar en las fábricas cuando pueden ganar $10,000 dólares como traficantes de drogas? Más importante aún, las leyes no detienen a nadie de usar drogas. Despójalos de una droga y tomarán un bote de spray y lo inhalarán hasta matarse. No es que crea que las drogas son buenas. En su mayor parte, las drogas destruyen. Pero ¿a quién le importa? ¿Y qué? Esa es una elección la gente hace. El gobierno no tiene derecho de prohibir esa elección. Además el gobierno es incapaz de captar el verdadero problema –que los jóvenes no tienen nada. Así que dan bandazos o, en algunos casos, siguen la única espiritualidad que se les ofrece– representada por la derecha, donde está la energía.

PLAYBOY: ¿No los jóvenes centran gran parte de su energía en otras cosas más que la religión, por ejemplo, en las nuevas tecnologías e Internet? ¿Eso es bueno o malo?

PAGLIA: El único problema que tengo con los ordenadores y la televisión es que cuando todas las culturas de la tierra lleguen a la etapa en la que estamos, esto dará lugar a una especie de homogeneización. Además, los jóvenes son tan hábiles con las computadoras, lo cual está bien. Pero mientras que la música era para todos, una cuestión de clase está surgiendo con la tecnología. Sin duda, los  jóvenes blancos de clase media, tienen acceso a las computadoras de manera que los negros no lo tienen. Charles Murray tiene razón en una cosa: estamos avanzando hacia una sociedad de dos niveles. Es muy peligroso. Estamos produciendo una clase inferior y esta tecnología los aislará aún más.

PLAYBOY: ¿Qué piensas del libro de Murray The Bell Curve?

PAGLIA: Si quieres un buen ejemplo de la locura de la censura de izquierda, ahí lo tienes. Este mismo problema –que los negros son mentalmente inferiores– fue puesto en circulación por William Shockley hace algunos años. Shockley y Arthur Jensen fueron abucheados, acosados ​​y silenciados en última instancia. Como consecuencia, toda esta cuestión de las diferencias genéticas entre las razas se fue a la clandestinidad. Investigadores neutrales, moderados o incluso liberales fueron expulsados ​​de la investigación. Veinticinco años más tarde reaparece, pero ahora está exclusivamente ligada a la agenda conservadora. El problema que tengo con la conclusión del libro es que no se parece en absoluto a mi experiencia como académica. En el mundo real, personas brillantes fracasan y mediocres triunfan. Parte de lo que hace que la gente fracase o tenga éxito son habilidades, que no tienen nada que ver con el coeficiente intelectual. Además, la idea de que la inteligencia puede ser medida por un examen de inteligencia es errónea. El fracaso de este libro para hacer frente a las diferentes definiciones de inteligencia es terrible. Además, es un momento terrible para que este libro fuera publicado. Es lo último que necesitamos –algo que nos separe aún más. Pero una vez más, la izquierda no puede hacer frente al problema.

PLAYBOY: La cultura entera parece estarse volviendo en contra de la inteligencia y ahora celebra la papanatería mediocre. Mira la popularidad de películas como Forrest Gump y Dumb and Dumber. ¿Por qué ahora la estupidez es tan cool?

PAGLIA: A medida que nos hemos trasladado a una nueva cultura basada en la tecnología informática, hemos elevado a lo que se solía llamar nerds y geeks a la vanguardia. Estas son las personas más importantes. Las personas que mejor conocen la tecnología informática son simplones –por lo menos son socialmente ineptos. Creo que esto es una rebelión contra las habilidades avanzadas que se requieren. Hay una historia de esto. Cándido se trata de una persona sencilla e ingenua que no entiende el complejo mundo. Chauncey Gardiner, en Being There, es otro. Así que las películas son un síntoma de la búsqueda de la verdad, una vez lejos de la falsa complejidad.

PLAYBOY: ¿Síntoma de qué son las tendencias en la industria del cine porno?

PAGLIA: La mierda de la corrección política feminista ha tomado posesión de la industria de los videos porno, excepto la de los varones gay, por lo tanto son todos aburridos. Se ha producido un descenso en la calidad terrible. Ahora son sólo un montón de actrices porno profesionales simulando un orgasmo. Las películas calientes son del periodo de Russ Meyer, finales de los sesenta y principios de los setenta. Me encantaba ese período. Y Debbie Does Dallas. Bueno y lascivo. Quiero decir, Garganta Profunda fue una revelación.

PLAYBOY: ¿Cómo es eso?

PAGLIA: Una buena felación es una forma de arte. Lo sé por los hombres homosexuales: uno de ellos dijo que deberían tener fondos federales para el desarrollo de habilidades de felación –debería ser suscrito. Bueno, cuando estaba creciendo, las buenas chicas blancas de clase media no lo discutíamos. Nunca había oído hablar de ella. Las mujeres fueron con sus novios a ver Garganta Profunda, y se quedaron boquiabiertas. Nadie lo podía creer. Ahora, después de 20 años, hemos visto tantas muestras de ello que se ha convertido en una parte de la cultura. Creo que es gran una habilidad.

PLAYBOY: Pasemos a las películas comerciales. ¿Qué tienes en contra de Meryl Streep?

PAGLIA: Detesto a Meryl Streep. Era buena en Silkwood, pero empezó a tomarse muy en serio. Estoy reaccionando al horrendo elogio que ha recibido. Es una actriz calculada, víctima de su propia cultura WASP. La encuentro totalmente falsa. No tiene pasión. No tiene ninguna vibración elemental de profundidad. Jodie Foster está sobrevalorada, también. Pensé que era buena en El silencio de los inocentes y en Acusados, pero me está poniendo los pelos de punta.

PLAYBOY: ¿Quién te gusta?

PAGLIA: Las grandes actrices del cine son Jeanne Moreau, Elizabeth Taylor. Adoro a una actriz tan sensual como Raquel Welch. Ella y Liz Taylor y ese tipo de mujer que son las grandes reinas de Hollywood. Tienen la sexualidad exuberante que admiro, a diferencia de la Waspy, desexualizada Meryl. Adoro a Jessica Walter. Incluso Vanessa Redgrave y Jane Fonda son mejores actrices que Meryl Streep. Amo a Catherine Deneuve.

PLAYBOY: Meg Ryan es otra actriz que ha provocado tu ira.

PAGLIA: Detesto a Meg Ryan. La detesto. La cultura de Naomi Wolf se merece a Meg Ryan. Es Sandra Dee renacida pero sin su talento para la comedia. Leí en una entrevista que Meg Ryan no le habla a su madre. Así que esta es una mujer que tiene todo tipo de cosas oscura sin explotar que podía aprovechar, pero no lo está haciendo. Es tan superficial. Salía en la telenovela As the World Turns. La odiaba por eso y ha estado haciendo el mismo acto maldito desde entonces. La mujer tiene dos expresiones faciales, ¿no? El hecho de que ella es una de las grandes actrices de nuestra cultura en este momento es un testimonio de nuestra pobreza, nuestra miseria sexual. Es tan asexuada. Julia Roberts es otra que me vuelve loca.

PLAYBOY: ¿Qué hay de Cindy Crawford?

PAGLIA: Me gusta mucho. La vi en persona una vez, y pensé que era más hermosa que en sus pinturas. Tiene una estilo maravilloso y es tan vaporosa y carismática.

PLAYBOY: ¿Qué hay de las estrellas masculinas? ¿Cómo se explica la popularidad de Arnold Schwarzenegger?

PAGLIA: me cae bien y lo encuentran divertido. Tiene un gran sentido de la comedia, me encanta la forma en que se satiriza. Las actrices siempre se quejan de que no reciben los salarios que los actores, como lo que Schwarzenegger recibe. Disculpa, pero cuando hagas los éxitos de taquilla que ellos hacen, obtendrás tu salario. Es interesante que las estrellas que ganan los mayores salarios son los que han conservado el glamur masculino. A Schwarzenegger no le importa retratar a un hombre embarazado porque tiene tanta confianza en su masculinidad que puede jugar con su imagen.

PLAYBOY: ¿Qué hay de Woody Allen?

PAGLIA: Lo amo. Es uno de los grandes comentaristas de las costumbres sexuales de nuestro tiempo. Creo que estaba totalmente jodido cuando los medios se volvieron en su contra por su asunto con Soon-Yi Previn. Los cargos de abuso infantil eran infundados. Hay un matiz incestuoso en su relación con Soon-Yi, pero la única cosa que tengo en su contra es que no le dijo a Mia. Si él tenía una aventura, tenía una obligación con su amante. No me importa si era hija adoptiva de Mia. Gran cosa.

PLAYBOY: ¿Pero admites que que parece algo incestuoso?

PAGLIA: Tiene un tinte incestuoso, ¿no? No es incesto legalmente. Y Soon-Yi no es una bebé. Es una adulta, legalmente hablando. Pero odio el doble juego. Soy muy honesta. Creo que poner los cuernos es erróneo.

PLAYBOY: Fuiste alguna vez una seria fanática de Madonna.

PAGLIA: sigo siendo una fan de Madonna. Es una mujer brillante, talentosa, que está en un punto bajo en este momento. Espero que pueda recuperarse. Es posible que –muchas de las grandes estrellas pasaron por un período del veneno de la taquilla y luego regresaron. No sé si lo hará, sin embargo, creo que ella se deslinda de cualquiera interesante –mira a Sandra Bernhard y a mí. Ella no tiene nada que ver con dos de las más inteligentes mujeres en el mundo.

PLAYBOY: ¿Cómo afecta eso en si será capaz de hacer una reaparición?

PAGLIA: Necesita gente para inspirar su inteligencia. En cambio, se junta con la basura disco. Es una pena. Creo que nos llevaríamos bien. Pero ahora sé demasiado acerca de ella. He oído hablar mucho de ella de Sandra y sus amigas. He oído que simplemente nunca se sienta y habla. Siempre tiene que ser la princesa de la habitación. Llega con su séquito. Sandra aún tiene amigos de la preparatoria, sigue siendo amiga de una manicurista que conoció alguna ocasión. Madonna, por el contrario, se deshace de la gente. Eso es raro, porque los italianos son por lo general leales. A mi amante, Alison, le encanta Madonna. Nuestras discusiones son sólo acerca de Madonna, porque estoy en un estado de desilusión. Me gusta su nuevo álbum. Lo llamo música Prozac –está muy deprimida. De cualquier forma, la gente ha sugerido que sólo querría dormir con ella. Lo que es ridículo.

PLAYBOY: ¿Lo querías en en algún momento?

PAGLIA: Ese no es mi actitud frente a las grandes estrellas. Soy reverencial a las grandes estrellas. No quiero un encuentro sexual con ellas. La escritora en mí venera a la artista en ellas.

PLAYBOY: ¿Tienes un programa de televisión favorito?

PAGLIA: Monday Night Football. Me encanta. Cualquier mujer que quiera entender lo que está pasando en su lugar de trabajo debe estudiar el fútbol. Todo está ahí. Nunca me pierdo The Young and the Restless. Me encantan las repeticiones.

PLAYBOY. ¿A los hombres reales les gusta el béisbol o el fútbol?

PAGLIA: El béisbol es un juego intelectual, pero el centro de la cultura es el fútbol. Una gran cantidad de hombres judíos no lo entienden, pero la mayoría de los hombres no-hombres de la elite cultural o literatos –aman el fútbol. ¿Por qué? Debido a que se trata de lo masculino. Estamos en este período industrial-capitalista, muy seguro, por lo menos, relativamente seguro. Creemos que podemos estar sin lo masculino. Pero respondemos a este. Incluso los hombres heterosexuales que ven los deportes están respondiendo. No es sexual, pero es sensual. Creo que hay una apreciación sensual de los cuerpos hermosos y los deportes. A nadie le importan un carajo los deportes colectivos de mujeres –me avergüenza ver el baloncesto femenino. Pero los hombres unidos en equipos es la esencia de la historia humana.

PLAYBOY: ¿Puedes darnos una visión general del estado de las revistas femeninas?

PAGLIA: Están siendo invadidas por lo políticamente correcto y los hombres. Se encuentran en un estado de caos y de transición en estos momentos. Tengo una relación agradable con Allure, que es una de los únicas revistas que no es políticamente correcta. Pero me encantan las revistas de moda. Creo que son obras de arte para las masas. De ninguna manera causan anorexia, ¿está claro? Tampoco causan baja autoestima en las mujeres que las leen. Todo lo contrario. Y por $4.95 dólares, puedes obtener toda la fantasía y la belleza. Es interesante que el mundo de la moda, frívolo como puede ser para algunas personas, es donde hoy hay mucha de la energía del arte. El gran arte está de capa caída. Hoy en día el mundo de la pintura es una mierda. La verdadera energía artística está solamente en el mundo de la moda.

PLAYBOY: ¿Y la música?

PAGLIA: Me gusta la música de los sesenta. John Lennon. The Beatles. Los Stones. The Who. Cream. Hendrix. Jefferson Airplane. Llegué a amar a Led Zeppelin. Van Halen. Me gustan los Pretenders.

PLAYBOY: ¿Estás interesada en cualquiera de las cosas nuevas?

PAGLIA: Escucho cualquier cosa de lo grande. Trato de dar seguimiento a los logros sustanciales.

PLAYBOY: ¿Así es que es más acerca de la investigación que del placer?

PAGLIA: Bueno, no. Pero hay tal cantidad de cosas que ahora no tiene sentido correr detrás de cada banda que viene y que no durará más de un álbum o dos. Estoy buscando rock que se vuelva una forma de arte. Me encantó el doble álbum de Guns n’Roses, pero eso fue simplemente una continuación de mi álbum favorito de los Rolling Stones, Exile on Main Street. Me gusta Pearl Jam. Me gusta Metallica. Creo que la actuación de Metallica en Woodstock fue maravillosa.

PLAYBOY: ¿Qué hay de Kurt Cobain?

PAGLIA: el suicidio de Kurt Cobain es un buen ejemplo de la desesperación de la Generación X.

PLAYBOY: ¿Lo ves como más que otra estrella de rock con problemas de drogas?

PAGLIA: Era un símbolo revelador. Se hacía llamar pasivo-agresivo. Había autocompasión, quejas. Se hacía menos, había una disminución. Estaba sentado allí con su suéter, inclinado sobre su guitarra, parecía un niño perdido. Compara eso con las grandes figuras de mi generación: Jimi Hendrix. Pete Townshend. Keith Richards. Los grandes logros del rock –de los años sesenta, de hecho– se realizaron por lo afirmativo y la energía. Por eso es que estoy preocupada por el futuro.

PLAYBOY: ¿Qué hay de las nuevas rockeras?

PAGLIA: Las escucho. Me gusta Liz Phair, pero hay algunas estúpidas críticas que dicen que está superando los Stones. Sueñan.

PLAYBOY: Has dicho que la bisexualidad debería ser la norma universal. ¿Todavía crees eso?

PAGLIA: Es el remedio para muchos problemas. Yo no creo en gay vs. hetero. El mensaje del movimiento de liberación gay debería haber sido la sexualidad libre, no el antagonismo en contra de la sexualidad que no sea gay. La mayoría de la gente va a querer ser hetero, esto es cierto, ya sea porque la mayoría de la gente quiere reproducirse, y la naturaleza nos quiere reproducir. Sin embargo, creo en la liberación de todas las vías de placer, y quiero que todas las personas heterosexuales tengan sus opciones abiertas sin que se impliquen. Los impulsos existen si no son reprimidos, por lo que la gente debe elegir vivir sin esas etiquetas.

PLAYBOY: ¿Has examinado por qué algunos hombres heterosexuales se centran en los senos y otros en los culos? 

PAGLIA: Si. Es muy interesante. No hay duda en mi mente de que el erotismo de los cincuenta de los hombres en los Estados Unidos se basó en los senos. Ahí es donde Hugh Hefner entró. Hefner nunca ha recibido el crédito que se merece –no sólo por su influencia en la visión que tiene hoy la cultura sobre el sexo, sino por crear un motivo total, un estilo para los hombres que se aparta del de la Primera Guerra Mundial, del tipo rudo –el tipo en las revistas de acción. El estilo que creó no sólo se trataba de las mujeres, era también un conocedor. Mostró que era posible ser un nuevo tipo de hombre, un hombre de estilo europeo interesado en un equipo estéreo muy bueno, en el buen vino, la conversación sofisticada y las ideas progresistas. Ciertamente PLAYBOY surgió en un momento en el que las tetas eran el centro del erotismo en Estados Unidos. Recuerdo que me desconcertó cuando mis amigas fueron a Italia y los hombres les pellizcaron el culo. En Italia, hay un gran énfasis en el trasero. Mujeres con culos grandes son perseguidas en las calles de Italia. A lo largo de los años sesenta, las mujeres en Inglaterra y Estados Unidos no tenían culo. Con la mirada Twiggy, las grandes tetas desparecieron. Ya no estaban de moda. El auge de ejercicio puede haber traído más atención al culo. Las mujeres han tomado conciencia de su desarrollo. Cheryl Tiegs fue la primera modelo de ejercicio. El culo comenzó a ser más apreciado a partir de ella. También podría ser multicultural, ya que a medida que más mujeres negras e hispanas han llegado a ser parte del imaginario cultural en los últimos 20 años, el culo se ha vuelto más importante. Hay una apreciación de culos buenos en las culturas hispana y negra. En la cultura mediterránea las nalgas grandes son un signo de fertilidad. En cualquier caso, esta ha sido una parte importante de mi evolución como pensadora erótica. Ahora tengo un tremendo aprecio del culo. Soy muy consciente de ellos y soy sensible a ellos –igualmente con las tetas.

PLAYBOY: Teorías como ésta –descritas en tus libros y en tus otros escritos– siguen recibiendo críticas por parte de todos los sectores, incluidas las feministas, los gays, las lesbianas y los liberales. ¿Te gusta provocar?

PAGLIA: Me temo que es inevitable. Nunca hubo un tiempo en que no provocara.

PLAYBOY: ¿De dónde viene tu personalidad incendiaria?

PAGLIA: De crecer en mi familia en los años cincuenta. Siempre estaba tratando de escapar de los años cincuenta. Esa década fue un horror.

PLAYBOY: Alguien dijo una vez que hablas rápido porque tu padre no te dejaba hablar. ¿Es eso cierto?

PAGLIA: En realidad, me quedé en silencio cuando niña. Pero es cierto que mi padre era muy terco, y él me entrenó en mis primeros años a ser un pensadora individual. La cultura italiana es como la cultura china. Hay un respeto por los mayores. Nunca levantas la voz a los ancianos. No hay explosiones. Mi padre estaba totalmente en control. No tenía Walkman –me hubiera gustado tener uno. Son maravillosos. Los niños se ponen el walkman cuando están en el coche con sus padres para no escucharlos hablar entre ellos. Creo que habría tenido mucho menos estrés. Desde luego me convertí en una maniaca que habla rápido.

PLAYBOY: ¿Siempre supiste que eras lesbiana?

PAGLIA: Me gustaban las mujeres –en realidad me encantan las personas carismáticas y extremas, sean mujeres u hombres. Ya en la preparatoria me decía que debía ser una lesbiana, porque si te sientes atraído por las mujeres, eres lesbiana. Me atraían los hombres también, pero no me llevaba bien con los hombres. 

PLAYBOY: ¿Tuviste experiencias sexuales con ambos?

PAGLIA: No hubieron oportunidades con las mujeres. En el campamento de las Girl Scouts todas las chicas se la pasaban jugueteando. Pero no había ninguna posibilidad, nunca había oído hablar de la palabra lesbiana. Incluso en la universidad, me atraían las mujeres, pero buscaba a los hombres para las citas.

PLAYBOY: ¿Tu madre era ama de casa –vivía la mística de la feminidad?

PAGLIA: Cuando yo tenía tres años comenzó a trabajar como cajera de banco. Incluso antes ella trabajaba en casa –cosiendo vestidos de boda. 

PLAYBOY: ¿Cómo era tu padre?

PAGLIA: Una hija primogénita, se ha demostrado, es muy exitosa porque su padre proyecta en ella la ambición por un hijo. Desde el principio, mi padre me hablaba como a un adulto. Una de las primeras cosas que hizo fue enseñarme los nombres científicos de las partes del cuerpo. Era muy analítico. No teníamos dinero, pero la curiosidad intelectual era impulsada, y ​​mis padres siempre hablaban entre sí. Esto desarrolla el cerebro. Recuerdo escuchar y pensar, escuchar voces hablando, hablando, hablando.

PLAYBOY: ¿Porque valoran la discusión intelectual están orgullosos de ti?

PAGLIA: Creo que sí. Mi padre murió de cáncer, pero vivió lo suficiente para verme famosa, aunque no lo suficiente como para leer mi libro en su totalidad. Si estuviera vivo no sería tan escandalosa, al hablar de mi vida sexual, por ejemplo. No me gusta avergonzar a mi familia. Mi hermana le dijo a mi madre: «Mira, mamá, sólo piensa en cómo la madre de Mick Jagger se debió de sentir». Mi madre me dice: «Trata de ser amable, ¿de acuerdo?» O me dice: «¿No puedes bajar el tono?» –Al igual que el padre de Madonna le dice a ella en Truth or Dare. Creo que mi madre está afectada porque los sacerdotes, entre todas las personas,  son los que la felicitan. 

PLAYBOY: ¿Cómo se siente cuando los críticos van más allá de criticar el trabajo y entran en lo personal?

PAGLIA: Eso es inevitable. Incluso si la gente no está de acuerdo conmigo, sin embargo, creo que los intelectuales deben estar fascinados por mi éxito, por lo que revela sobre el momento en el que vivimos. Mis críticos son irrelevantes, sin embargo. Qué tan cáusticos se pongan es un reflejo de lo mucho que los afecto. Se niegan a hacer frente a las ideas. Pero las críticas no reflejan nada, los libros se venden. Un amigo me dijo: «Los ataques te hacen más famosa.»

PLAYBOY: Criticaste a tu antiguo ídolo, Susan Sontag, por ser demasiado comercial y perder la perspectiva del otro. ¿Crees que te pueda suceder lo mismo?

PAGLIA: Tomo medidas para evitarlo. Vi lo que le pasó a Germaine Greer y a Sontag. Aquí estoy, todavía en la Universidad de las Artes, aún en la misma oficina que comparto con otras dos personas, con un salario de $34,000. Y mantengo mi paga por charla baja –$2,000.

PLAYBOY: Pero los pagos por los libros deben ser altos ahora.

PAGLIA: La mentira más grande del mundo es que yo estoy en esto por dinero. Ahora no tengo que preocuparme por estar desempleada. Pero tengo ocho líneas de teléfono. Se convierte en una molestia. Es frustrante, también, porque sólo hay un número de cosas que puedes hacer. Puedes criticar a la academia, y es que existen las plazas definitivas y esos snobs las acaparan todas, soy popular entre ciertas personas, pero todavía estoy bloqueada por lo establecido. Odio ese mundo incestuoso. Me enferma. Es imposible que algo realmente original se haga. Pensar no está permitido. Es todo corrección política. Es tan horrible, porque está fosilizado, es una versión parasitaria de la filosofía de los sesenta.

PLAYBOY: ¿Entonces por qué no te vas? Tienes una audiencia popular mucho mayor de todos modos.

PAGLIA: No se puede abandonar la academia. Es importante y debemos luchar por ella. Queremos traer el mundo real al mundo académico, para hacer a la academia relevante otra vez. Necesitamos personas que se han acercado a los dos mundos.

PLAYBOY: ¿Qué se siente tener por fin una relación? Alguna vez describiste cómo las nuevas relaciones se hacen rápidamente aburridas, acaban en «Haces el amor y luego es, ¿cómo quieres los huevos?» Afirmaste que odiabas eso. ¿Y bien?

PAGLIA: Perdí una gran parte de mi acto, cuando no podía quejarme más de mi vida sexual. Es terrible [risas]. Hemos estado juntas un año y medio. Somos la una para la otra. 

PLAYBOY: ¿Dónde conociste a Alison?

PAGLIA: Ella vino a una conferencia. Y me envió una solicitud.

PLAYBOY: ¿De un trabajo?

PAGLIA: Yo estaba acostumbrada a recibir solicitudes. Todo el mundo sabía que estaba buscando. Hombres y mujeres me enviaban solicitudes. Y ella lo hizo bien. La gente trataba con todo tipo de cosas, y nada me convencía. Ella me envió su CV, su fotografía y fotos de su obra. Lo supe de inmediato. Una de sus obras era un fotomontaje de una mujer en ropa interior negra en una revista de modas a la que le puso unos anuncios de hotcakes y jarabe. Era muy bueno. Y entonces me envió una carta formal y una foto de ella en una falda muy corta. Era audaz. Miré su CV (no quiero psicópatas, gracias). Era maestra. Tenía trabajo. Aún así, fui cautelosa. Llamé a su correo de voz y escuché su voz. Pensé, bueno. Después nos conocimos. En la segunda cita, fue todo. Yo no creía que fuera posible, porque tengo 47 años.

PLAYBOY: ¿Cómo le gustan los huevos a ella?

PAGLIA: De hecho, le gusta cocinar. Ve los programas de cocina en la televisión Pero está en una dieta baja en grasas y no cocina huevos.

PLAYBOY: ¿Qué sigue en la batalla de los sexos en la era de Lorena Bobbitt? ¿Cuál es la importancia de ese caso?

PAGLIA: Una mujer que corta el pene de un hombre es la castración definitiva después de 5000 años de historia humana. Alguien finalmente lo hizo, ¿no? Fue revolucionario. Pero detesto el hecho de que se lo hizo a un enemigo dormido. Es cobarde atacar a tu enemigo mientras está durmiendo. Si lo hubiera atacado mientras estaba despierto, o apuñalado en el pecho con un cuchillo mientras estaban discutiendo, hubiera sido diferente.

PLAYBOY: ¿Crees que debería haber sido absuelta?

PAGLIA: Rechazo la idea de que ella era una víctima. Tenían una relación S&M –como la de O.J. y Nicole Simpson. La afirmación de que temía por su vida es ridícula. Ella se estaba vengando de él. Me encanta que tiró su pene cortado por la ventana del auto. Entonces le dijo a la policía dónde estaba, y lo encontraron. Me encanta eso. Pero ella no debería haber sido absuelta. Era culpable. Fue un crimen pasional. De todos modos, este caso puso en primer plano el hecho de que los hombres están constantemente obligados a hacer frente a su sexualidad. El problema para una mujer es la menstruación, cuando la sangre se derrama. Pero en general, las mujeres pueden olvidarse de su propia sexualidad –nunca tienen que pensar en ella o enfrentarla como los hombres. Cada vez que los hombres orinan, está justo ahí. Tienen que preocuparse por ello constantemente. Es una parte de su cuerpo que no controlan. Puede ser embarazoso. En la clase de gimnasia o donde sea, de repente pueden ser humillados, avergonzados. En ella definen mucho el ser hombres. Debido a la naturaleza del pene, los hombres tienen la ansiedad del rendimiento, mientras que ninguna mujer tiene que probarse a sí misma de esta manera. Así es que los egos de los hombres están totalmente involucrados en el rendimiento, en hacerlo, en lograrlo. Una erección es una especie de logro. Así como lo es orinar. Como ya he dicho, un niño tiene que aprender a apuntar con el fin de dejar de ser infantil. Así que es un logro. El orgasmo masculino es efímero y transitorio –y esa es la ironía de la sexualidad masculina. Es irónico que el feminismo observa el pene como el poder y la violencia, cuando en realidad es muy débil. Cada vez que un hombre se acerca a una mujer, se supera con ansiedad, porque él se está acercando al lugar donde nació. Hay un recuerdo subliminal de eso y siempre existe la pesadilla de que puede ser derribado. De súbito, en un silbido, y, como Alicia en el País de las Maravillas, son disparados a través del espejo. Cada vez que un hombre pone su pene en la mujer, está apostando a que él lo va a regresar. Y en cierto sentido, pierde esa apuesta cada vez. Entra, es muy poderoso, y entonces se acaba y pierde la potencia. Esto pone de manifiesto que las feministas se han equivocado. Me tomó casi toda mi vida darme cuenta de que los hombres no son tiranos o ególatras. Recientemente tuve una epifanía en un centro comercial que puso todo en perspectiva. Estaba comiendo un pedazo de pizza y vi a unos adolescentes corriendo por el centro comercial. Eran salvajes. Los miré y vi la desesperación. Cuando tenía su edad, odiaba a ese tipo de chicos, porque son desagradables. Están tan involucrados en su estatus, ganándolo, con miedo de perderlo. Me alegro de que no tengo por qué ser de esa edad otra vez. Se sentaron a mi lado y no me tomaron en cuenta. Yo no existía en su radar. Pensé, esto es genial. Los miraba. Estaban llenos de energía y vida. Y de repente me di cuenta, Dios mío, la razón por la que son tan escandalosos, la razón por la que son tan descontrolados, la razón por la que los odiaba cuando tenía esa edad, es que crean vínculos en contra de las mujeres. Es la primera vez que son capaces de estar fuera del control de una mujer –su madre. Ellos están por su cuenta y durante ese periodo son muy peligrosos. Las mujeres tienen que tener cuidado cuando van a las fiestas de las fraternidades, porque los hombres están tratando de adquirir un estatus frente a los otros y ahí hay toda esta testosterona. Y luego una chica los atrapa. Y eso es todo. Se acabó para ellos. Se casan y están bajo el control de sus esposas para siempre. Puedes escuchar a estas mujeres todo el tiempo, diciendo sobre el marido, como, Ricki Lake: «Ya sabes, tengo dos hijos, pero en realidad tengo tres hijos», y es cierto: el marido se vuelve un niño otra vez. Aun cuando los hombres hacen su parte, sacan la basura, trapean, lo que sea, las mujeres siguen mandando en la casa. Tienen el control y los hombres se convierten de nuevo en subordinados. Así que ¿de qué se preocupan tanto las feministas? ¿De los hombres que están subordinados a sus madres y después a sus esposas? Los hombres buscan consuelo maternal en las mujeres, y esa es la naturaleza de la heterosexualidad. Ahora dime, ¿realmente quién tiene todo el poder?

Entrevista de Playboy, mayo de 1995: Camille Paglia.

Traducción: Las Disidentes.

Fuente: http://privat.ub.uib.no/BUBSY/playboy.htm

2 comentarios en “Camille Paglia entrevistada por Playboy

  1. Pingback: Anónimo

  2. Wo, pinche demente, es genial, aunque muy gringa… ojalá la entrevista no exagerara con lo personal y fuera más a la política, filosofía, aunque nee, se necesita a alguien chingón para hablar de eso.

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