Abel Azcona: Empathy and Prostitution

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Un vínculo formado de níquel y aluminio no deja de ser un vínculo. El sonido de las monedas en el bolsillo de un pantalón precede al contacto, como el sonajero que mueve una madre para calmar a su hijo antes de estrecharlo entre sus brazos. Al dejarlas caer sobre la mesa reflectan la luz de las velas que hay repartidas por la habitación, como la lamparilla que deja encendida la madre para que su hijo no tenga miedo, para que sepa que está al otro lado de la puerta.

Nacer del vientre de una prostituta, haber sido concebido por error y bajo un precio, dificulta cualquier conexión materna. El rechazo durante la gestación y el posterior abandono la imposibilita. Abel Azcona utiliza el arte como catarsis ante una vida establecida a partir de errores y malas decisiones ajenas. En su trabajo la figura de una madre biológica ausente, una prostituta que no debió quedarse embarazada, es el punto de inflexión a partir del cual comenzar un proceso de autoconocimiento, una reflexión acerca de una vida en la que el maltrato y los abusos sexuales han marcado su actual estado de apatía y recelo social. En este proyecto, que desarrolla por vez primera en una galería colombiana, por segunda vez en una muestra de arte contemporáneo en Madrid y por vez tercera vez en la Bienal Internacional de Houston busca establecer un vínculo con su madre biológica mediante la prostitución, idea que ya atisbaba el Azcona adolescente quien empleaba el sexo como mecanismo para empatizar con la misma.

Cien pesos colombianos, un euro o un dólar por tres minutos, con esta premisa encontramos al artista desnudo y tendido sobre una cama. Tres minutos en los que su cuerpo será propiedad de quien lo quiera y pague por él, tres minutos en los que crear un vínculo forzado es la única posibilidad de vínculo. Desarrollarse en un vientre propiedad del mejor postor, ser el resultado de un encuentro entre desconocidos cuyo nexo parte de una billetera, convierte un puñado de monedas y un cuerpo ofrecido como objeto (a)sexual en el medio de conexión. Un cuerpo atrofiado que no es capaz de encontrar vínculo alguno si no es mediante imposiciones, que desconoce el proceso de unión y empatía natural al ser educado como catalizador de deseos ajenos. La reproducción de su proceso de concepción, de las circunstancias y emociones que en él intervinieron, son el modo en el que Azcona establece esa conexión empática con su madre biológica.

Una acción en la que el espectador prescinde de su rol pasivo e interviene sobre un artista convertido en objeto. Una experiencia que revela los deseos reprimidos, carencias, y empatía de quienes compran un cuerpo esperando de él encontrar su propio vínculo.

Abel Azcona durante el performance art «Empathy and Prostitution: Madrid»
Factoría de Arte y Desarrollo Madrid / Room Art Fair Madrid 2013.
Photography Rafael Gavalle. 40 x 60 Disponible.

Empathy and Prostitution es un proyecto artístico diseñado, desarrollado y performatizado por el artista Abel Azcona en tres fases claramente diferenciadas, realizadas en Colombia, España y Estados Unidos durante los años 2013 y 2014. La primera fase del proyecto fue gestada y realizada en la Galería Santa Fé de Bogotá, en Febrero de 2013. La segunda fase en Madrid de la mano de la galería Factoria de Arte y Desarrollo con motivo de Room Art Fair en Madrid, en esta ocasión Empathy and Prostitution se realizó allí dos días consecutivos en el mes de Noviembre de 2013. Y la tercera y última fase de la pieza se realizó en Febrero de 2014 en Houston International Performance Art Biennale (Estados Unidos). Las tres etapas de Empathy And Prostitution, a lo largo del 2013, 2014 y 2015 generaron mediante fotografía y video diferentes exposiciones e instalaciones en ciudades de España, Francia, Colombia, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Argentina y Alemania.

La primera etapa del proyecto artístico Empathy and Prostitution, realizada en la Galería Santa Fé de Bogotá, fue comisariada por la comisaría colombiana Viviana Cárdenas, experta en arte contemporáneo, junto al apoyo del comisario cubano Adrián Gómez y el colombiano Gustavo Villa, responsables del proyecto «Habitaccion» en la Galería Santa Fé de Bogotá, proyecto donde el artista Abel Azcona compartió junto a otros artistas colombianos. La segunda etapa realizada en Room Art Fair junto a Factoría de Arte y Desarrollo fue comisariada por la especialista en curaduría en nuevos medios escénicos con amplia formación y publicaciones en los ámbitos de la educación, las humanidades, la teoría literaria y el teatro, Elvira Ramos, dentro de su doctorado en Investigación Poética y Escénica, junto al apoyo del especialista en arte contemporáneo y comisario Ignacio Tejedor, responsable y comisario del espacio expositivo de Factoria de Arte y Desarrollo en Room Art Fair en Madrid. En la última etapa realizada en Box13 Space en Houston, dentro de la Bienal Internacional de Performance Art de Houston, la pieza fue comisariada por —, junto al apoyo del comisario mexicano Jonatan Lopez y la estadounidense Julia Wallace, responsables y comisarios de Houston International Performance Art Biennale, evento donde el artista Abel Azcona fue invitado internacional. Y todo el proyecto a nivel global ha contado con el apoyo curatorial del historiador del arte y comisario Néstor Llopis.

Con la colaboración especial del fotógrafo colombiano Sebastián Cruz en Bogotá, el fotógrafo Rafael Gavalle en Madrid y el fotógrafo estadounidense Alex Barber en Houston.

Abel Azcona durante el performance art «Empathy and Prostitution: Bogotá»
Galería de Arte Santa Fé / Bogotá 2013.
Photography Viviana Cárdenas. 40 x 60 No Disponible.

Abel Azcona trata de buscar mediante su trabajo la conexión con una madre prostituta que le abandonó al nacer, que le condenó a una vida plagada de sucesos traumáticos y por la que ha desarrollado una personalidad apática y carente de vínculos afectivos. Una mujer que representa los despojos de una sociedad enferma, que vende su cuerpo y cuya supervivencia es paralela al consumo de drogas. Un niño que creció en un entorno de abusos y malos tratos, y que únicamente cuando los reproduce se encuentra con su yo infantil anecdóticamente incorrupto. En este proyecto trata de empatizar con el momento justo de su concepción, instante fortuito y desarraigado fruto de un encuentro entre muchos.

Lo encontramos completamente desnudo en el centro de la que es su habitación durante este tiempo, una estancia íntima abierta al público dentro de la galería. Además de la estancia, abre totalmente al espectador su propio yo, desnudo y débil. El artista al inicio de la performance, sin ropa, en posición fetal y esperando entre sábanas blancas, se muestra frágil e inocente mientras decenas de personas le observan y pasan por su cuerpo dejando huella. Violencia, sexo y cariño en manos de desconocidos acarician el cuerpo del artista.

Abel Azcona durante el performance art «Empathy and Prostitution: Madrid»
Factoría de Arte y Desarrollo Madrid / Room Art Fair Madrid 2013.
Photography Rafael Gavalle. 40 x 60 Disponible.

El artista Abel Azcona a lo largo de su amplia creación artística y de su propia vida, ha tenido siempre un contacto directo con la prostitución. Abel Azcona fue gestado a raíz de una relación de prostitución con padre desconocido y ante los fantasmas creados por el propio artista sobre la figura de su madre biológica, en ocasiones utiliza la exploración de la prostitución dentro de su obra artística como herramienta de empatía con los sentimientos reales de su propia madre biológica y del momento de gestación del propio artista. Para comprender su trabajo es necesario tener en cuenta la incapacidad de Abel Azcona para establecer vínculos reales y su empleo del cuerpo, todo ello acrecentado por un trastorno de personalidad que muestra, elabora y construye artísticamente a través de esta obra.

Una instalación viva compuesta por una cama de sábanas blancas, cien velas y dos rosas rojas, que representan a sus dos madres, hacen que la sala en penumbra se ilumine. Se respiraba calor y tensión en una sala llena de desconocidos en la Galería Santa Fé de Bogotá, en la habitación de Factoría de Arte y Desarrollo en Madrid y en Box13 Space en Houston. Desde la cama lanza el reto al espectador de dejar de serlo, y forma parte junto a él, de la obra artística. Abel Azcona cede su cuerpo al espectador, consiguiendo que el espectador sea el auténtico “performer” y Azcona un elemento más de la instalación viva. Con este cambio de roles, Azcona busca la empatía, además de con su madre, con el propio espectador y una construcción de un vínculo de una forma diferente y mediante la compra del propio artista para la utilización del espectador.

Abel Azcona durante el performance art «Empathy and Prostitution: Bogotá»
Galería de Arte Santa Fé / Bogotá 2013.
Photography Viviana Cárdenas. 2 x 40 x 60 No Disponible.

“Jugar como un niño entre sábanas blancas a ser un hombre pero sin ser capaz de amar, a ser un hombre pero sin ser capaz de sentir, a ser un hombre pero únicamente como trozo de carne expectante creada y nacida para otros. Naci de la compra del cuerpo de mi madre, y la venta del mío hace que mi piel se sienta como ella aquella noche. A lo largo de mi vida no me he dejado lastimar. He intentado no vincularme para no sufrir. Abandonos de los que no soy culpable, a lo largo de mi infancia y mi adolescencia han hecho que tenga terror a sentir. Y el terror a sentir por su lado, ha conseguido eliminar de mi esa capacidad, un paso adelante, o atrás según se mire, en la evolución. En mi evolución. Que sin querer se encontró lo peor de la evolución de otros siendo tan solo un niño. Nací siendo un hijo de puta. Siempre dicen que heredamos cosas de nuestras madres, en mi caso, este es uno de los pocos datos que tengo de la mía. Es mi herencia. Ciento treinta y nueve personas han pasado por mi cuerpo desnudo y herido en esta experiencia, marcada por el dolor, el aprendizaje y la denuncia. Mientras me lamían, me dañaban o me escupían, las lágrimas permanecían en mis ojos, dispuestas a aparecer.”

Abel Azcona «Jugar a ser un hombre» 2014.

Abel Azcona in the performance art «Empathy and Prostitution» Santa Fé Gallery Bogotá 2013. Photography Viviana Cárdenas.

“Empathy and Prostitution”, obra del artista Abel Azcona realizada el mes de febrero de 2013 en la Galería Santa Fé, perteneciente a IDARTES, Ministerio de Cultura de Colombia dentro del proyecto «Habitaccion». Bogotá, 2013.
Comisariada por Viviana Cárdenas.

«El artista Abel Azcona en el mes de febrero de 2013 permanece encerrado en la Galería Santa Fé de Bogotá. Participante dentro del proyecto Habitacción realizado en la Galería Santa Fe de Bogotá, el artista español Abel Azcona es invitado a habitar el espacio de la galería y asume su rol de habitante desde la postura de un sujeto activo y transformador, bajo la disposición de compartir desde la práctica artística diferentes perspectivas. Se integra a un grupo de artistas que habita el espacio por el término de 4 días y 3 noches en el cual se establecen relaciones entre sí y el público visitante; cada cual asume su rol artístico y personal desde su perspectiva y quehacer.

El artista inicia con esto un proceso de aproximamiento a un entorno diferente y emprende un reconocimiento de un país y una cultura ajena a lo suyo. Por medio de su obra, constantemente busca acercamientos a sus raíces y sus heridas y a partir de ahí lo ofrece al público. Durante su residencia en la Galería permite permear su espacio y se acerca y establece vínculos y relaciones interpersonales. Dentro de su cabeza como una impronta reposa siempre la frase “Si mi madre me abandona, quién no me va a abandonar”. Empathy and prostitution hace parte de un proceso de exploración permanente en que el artista busca empatizar con su madre biológica: una prostituta que derrotada en su deseo de abortar abandona al niño nacido prematuramente en un hospital de Madrid. En su necesidad de exploración de vínculos, el artista busca establecer relaciones con los visitantes y es através de la prostitución como busca comprender sensaciones y reacciones que pudo tener su madre en el momento de sus concepción. Impregnado por los conceptos personales que rondan y estimulan su proceso creativo, Azcona prepara el escenario que está habitando para ofrecerse al público. Su cuerpo: desnudo y postrado sobre una cama, es objeto dispuesto a ser parte de una transacción.

A partir de entonces el artista posibilita una ruptura de distancia entre él y el espectador, su cuerpo como parte de esa imagen creada busca ejercer un impacto que desencadene una lectura y deseo del asistente por involucrarse. El espectador deja de ser un observador e interviene al verse confrontado con la situación estética, quizás fascinado por la imagen, quizás identificado con la situación y de manera activa co-construye la obra y ésta toma vida. Por su cama pasan diversas personas dispuestas a tener un contacto con el artista e intimar con él. El inmenso abanico de posibilidades que ofrecen las relaciones humanas hacen presencia por disposición del visitante y el artista asume su situación de prostitución; el artista escucha, hace parte de un intercambio de caricias, besos y relaciones de tipo sexual, es agredido física y verbalmente, e incluso es protagonista de actos curativos que generan una atmósfera mística en el escenario.

Durante las dos horas que dura la acción en la que el artista busca empatizar con su madre: comprender e identificarse con sus sensaciones, solo él conoce y comprende la resolución de su intención. Sin embargo resulta concluyente que la acción permite involucrar al público de tal manera que es él quien logra empatizar con el artista en diversos niveles.»

Abel Azcona in the performance art «Empathy and Prostitution» Santa Fé Gallery Bogotá 2013.
Photography Viviana Cárdenas.

«Empathy and Prostitution» en su primera etapa en Bogotá se caracterizó por lo experimental de la pieza, un Abel Azcona que por primera vez se entregaba al público de una forma tan abierta y extrema. Desde el desconocimiento de lo que iba a suceder en el propio proyecto, el artista se ofreció al público completamente desnudo en una cama realizada con colchones en los que el propio Azcona dormía durante su encierro en la Galería Santa Fé. De alguna forma el artista abría su propia habitación para que el público la habitara junto a su cuerpo. Por la habitación pasaron más de quinientas personas y muchas de ellas habitaron el espacio de forma permanente durante los ciento veinte minutos de duración de la instalación performativa del artista.

El calor de la habitación era palpable debido al reducido tamaño del espacio y a las cien velas que el propio artista había encendido previamente a la experiencia performativa. En la Galería Santa Fé de Bogotá treinta y nueve personas accedieron al cuerpo de Abel Azcona. Treinta y dos mujeres y siete hombres, en su mayoría de nacionalidad colombiana. Los primeros quince minutos el artista aguardo pacientemente en la cama, hasta que la primera espectadora se atrevió a depositar cien pesos y tumbarse junto al artista. Esta primera espectadora abrazo y acarició a Azcona durante los tres minutos permitidos previo pago de cien pesos colombianos. Hasta la tercera espectadora nadie beso al artista, fue ella quien beso al artista y dejo que el artista acariciara y besara todo su cuerpo. A partir de ella comenzó un cambio en todos los espectadores y se percibió un interés mucho mayor en compartir tres minutos de intimidad con el artista. En ese momento varios espectadores en pie, depositaron sus cien pesos y esperaron aguardando su turno el momento en que les tocará acceder a la cama del artista rodeada por velas que no solo iluminaban el oscuro espacio, sino que también le llenaban de una energía especial.

Abel Azcona in the performance art «Empathy and Prostitution» Santa Fé Gallery Bogotá 2013.
Photography Viviana Cárdenas.

Entre las treinta y nueve personas que compartieron el cuerpo de Abel Azcona, se creó un pequeño conflicto divido entre los espectadores que lo cuidaban y los espectadores que lo maltrataban. Generalmente cuando un espectador maltrataba al artista, con fuertes prácticas sexuales, agresiones físicas, desde quemaduras con velas, hasta azotamientos con el cinturón o la propia mano, otro espectador seguidamente acudía a cuidarle. Varias espectadoras le acunaba, le cantaban o lloraban abrazadas a Azcona al vivir esta experiencia en su propia carne. Una gran tensión se respiraba en el ambiente. Espectadores desnudos que decidieron desnudarse entre el público y entonar un cántico de sanción y protección por y para el artista. Otros que únicamente observaban desde una atracción sexual y desde un morbo, que extrañamente la mayoría no percibía comentando que Abel Azcona se ofrecía más como un niño abandonado, que como un objeto de deseo que ejercía la prostitución masculina.

Muchos espectadores optaron por compartir los tres minutos con el artista completamente desnudos, con el fin de poder aprovechar, las caricias, los besos, la masturbación o la penetración de una forma más directa y rápida. La estancia conforme pasaban los minutos, olía a sexo, sudor y al fuerte olor de la cera quemada.

Abel Azcona in the performance art «Empathy and Prostitution» Santa Fé Gallery Bogotá 2013.
Photography Viviana Cárdenas.

Discusiones en la galería culpándose unos a otros por el maltrato al artista, o por haber compartido con él mas de los tres minutos reglamentarios se repetían. Lo que hacía que la escena cada vez nos mostrará con más crudeza, lo escondido de cada ser humano.

Abel Azcona in the performance art «Empathy and Prostitution» Santa Fé Gallery Bogotá 2013.
Photography Sebastián Cruz.

Abel Azcona in the performance art «Empathy and Prostitution» Santa Fé Gallery Bogotá 2013.
Photography Sebastián Cruz.

Abel Azcona in the performance art «Empathy and Prostitution» Santa Fé Gallery Bogotá 2013.
Photography Sebastián Cruz.

“Empathy and Prostitution”, obra del artista Abel Azcona realizada el mes de noviembre de 2013 en el espacio perteneciente a Factoría de Arte y Desarrollo, dentro de la muestra de Arte contemporáneo Room Art Fair. Madrid, 2013.
Comisariada por Elvira Ramos.

Luis Cernuda decía que el deseo es algo cuya respuesta no existe. El dolor podría ser una de esas inexistentes respuestas, sobre todo el dolor de alguien que vive con el estigma de su origen como único hilo argumental de su vida. Abel Azcona, consciente de que su vida, que no su trayectoria vital, fue un error consumado por madre prostituta y su progenitor desconocido, nos invita, en “Empathy and Prostitution” , a comprender que los errores siempre son abonados aunque no necesariamente en primera persona.

La acción performativa a la que asistí, abrió y cerró un círculo de sexo a cambio de la “no soledad”, que sentimos todos en algún momento de nuestras vidas, y que es lo que considero, que subsanan las prostitutas, a parte de con su cuerpo, con la compañía que proporcionan.Además, me consta, que no siempre hay consumación física sexual, por tanto, se confirma mi teoría de que el sexo, no es sino un complemento más de todas las necesidades que cubren con su trabajo. Y de ahí, mi atrevimiento a dar un nuevo nombre a la “compañía femenina”, a la búsqueda del vínculo, con el propio yo por medio de otro. El recibimiento que hacía el artista, no era sino un prólogo y epílogo del dolor de vivir marcado para siempre. La desnudez, tendida y limpia de simbolismo, con la que se presenta, como una pintura renacentista, muestra la fractura emocional que arrastra, que no es fiel reflejo de la fortaleza interior con la que consigue sobreponerse a la mimetización materna que persigue inicialmente en su trabajo. Y digo inicialmente, porque no es sino el punto de partida para obtener un profundo conocimiento de sí mismo y procurarse una medicina alternativa y propia, que ataque a la raíz de todas sus cuitas y dentelladas emocionales.

La deconstrucción de lo que somos nos lleva a aceptar por qué lo somos y has adónde podremos llegar. A partir del enfrentamiento consigo mismo, Abel Azcona nos preparó para obtener de él lo único que podía objetivamente ofrecer sin perderse en el abismo: su cuerpo y el espacio en el que habitaba. La pulcritud con la que no recibía en la cama es la metáfora de lo que podemos encontrar en esta sociedad hipócrita, que permite la comercialización del cuerpo de una mujer, pero no la libre disposición del mismo por su parte. Así autodefinido como “un error social”, el artista transmitía su más absoluto desprecio a aquellos que no sólo no cuidan de que esos errores no se cometan, sino que colaboran en su ejecución bien activamente o sucumbiendo al ingente interés económico que la prostitución mueve en casi todos los países.

Allí estaba todo, lo maravillosamente artístico de esta atrocidad en los ojos de Abel Azcona, que al mirar al participante de “Emphaty & Prostitution”, le mostraba el respeto por la acción que ejecutaba, fuera la que fuera; porque si algo tiene este artista, es la capacidad de hacerte sentir libre de culpa y juicio frente a todo que quieras enseñarle. El terror que tiene a sentir en su interior el eco que toda emoción deja, le llevó a hacerlo a través de un intercambio económico simbólico, que le aportaba la justificación necesaria a la hora de recibir el roce de una mano, el calor de una boca en su cuello o una simple palabra susurrada al oído.

La acción que se desarrolló en esta habitación de hotel, no curó sus heridas, sino que hizo que algunas de las nuestras volviera a abrirse, y fue entonces cuando comprendimos que, de alguna manera, la imposibilidad de sentir que dice tener el artista, debido a su infancia llena de maltrato, abandono y soledad emocional, ha sido causada por el no reconocimiento social de la soledad que todos sentimos y que, paradójicamente, nos lleva a la individualización y la desprotección frente a los errores ajenos.

La herencia de Abel Azcona es la postura de su madre, el vacío de su ausencia y la confirmación de ser quien es y reconocerse como tal. Lo que él no sabe, es que su nacimiento supuso la llegada de un mesías renovador, cuyo mensaje, a pesar de la violencia y oscuridad que esconde, es lúcido y próspero, para una sociedad siempre en lucha con sus necesidades básicas y sus moralidades…y que frente a la absoluta falta de amor, bien está su inteligencia.

EMPATHY AND PROSTITUTION / HOUSTON
Obra del artista Abel Azcona realizada el mes de Febrero de 2014 en la Box13 Space dentro de Houston International Performance Art Festival – Lone Star Explosion.
Comisariada por –

«¿No sabemos lo que puede un cuerpo?» Crítica de Jorge Peñuela, experto y teórico colombiano en arte contemporáneo. sobre el performance «Empathy and Prostitution» del artista Abel Azcona.
«No sabemos lo que puede un cuerpo» Liberatorio Arte Contemporáneo.

Fuente: http://www.abel-azcona.com/

2 comentarios en “Abel Azcona: Empathy and Prostitution

  1. Una puede preguntarse sobre la vida, sobre el arte. El arte de la vida es confuso, la vida en el arte lo es todavía más… sobre todo cuando las raíces de lo que llamamos lo social dejan de existir, o son de otro modo, desde otro punto de vista. Me explico. Leyendo la performance de Abel me ha llevado a pensar en la desvinculación de lo maternal y cómo afecta a nuestro propio yo. Segundo: la vinculación con esa sociedad tan terrible en la que nos encontramos hoy en día, esas personas vinculantes como público que interrelacionan con el artista, aquellas que eran capaces de juzgarle desde su cómoda posición del que mira. Siempre he pensado mucho en las relaciones de poder, el poder de juzgar a los demás, de ahí viene todo el horror. Lo malo también es juzgarse a sí mismo, y hasta qué punto es bueno o es malo, al menos, si nos sirve para poder llegar a convivir con ese yo tan maldito. Por otra parte también pienso que la empatía existe, y -ahora estoy juzgando:- la prostitución es un medio como cualquier otro para alcanzarla. El arte nos deja su mirada para que nos hagamos preguntas críticas, filosóficas, en nuestra cotidiana vida llena de preguntas.

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